Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
•Jango Fett x Lectora
•Clasificado E - 1.3k palabras
•Etiquetas: burlas, exhibicionismo, sexo contra la pared, digitación, diferencia de edad, squirting, disputas, referencias a PiV, acoso de clientes imbéciles.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Tu nariz se arruga, haciendo un barrido lento del hombre que mira lascivamente frente a ti, ante su grosero intento de lo que estás seguro que pensó que era una oferta muy encantadora.
La mayoría de los clientes experimentados sabían que debían mantenerse alejados, guardarse sus comentarios para sí mismos: que fuera del horario laboral, tenías compañía que debería hacerlos pensar dos veces antes de hacer cualquier tipo de invitación.
Pero estos jóvenes eran nuevos, aún no conocían los caminos. Cachorros jóvenes, te imaginas que Jango podría llamarlos: verdes, con los talones doloridos por las ampollas de las botas de cuero, todavía brillantes y rígidos.
Brillantes, dientes brillantes y ojos parpadeantes, y podridos hasta la médula.
Te preguntaste qué pensaría si estuviera aquí para ver esto. Y luego, cuando inclinas la cabeza, lo ves, un agudo destello de metal como si un casco brillante se levantara, posándose entre muslos gruesos y abiertos. El destello oscuro de los ojos, una suave curva ascendente de labios suaves mientras capta tu atención.
Habla del diablo y aparecerá.
El hombre chasquea los dedos frente a tu cara para llamar tu atención, y tu boca se abre por la sorpresa, tus labios rápidamente se curvan en un gruñido. Tus propios dedos chasquean mientras señalas la puerta, soltando una serie de juramentos que harían sonrojar a un Wookie.
Hay una risa baja y áspera en la barra, y el hombre más joven gira para mirarlo, escupiendo un bajo, "¿Y cuál es tu problema, viejo?"
Jango se mueve, su postura se mueve lo suficiente como para mostrar un destello de beskar, el hombre palidece cuando se da cuenta de a quién ha insultado. Te inclinas sobre la barra y le das un beso a modo de saludo a la barbilla cubierta de barba incipiente mientras el grupo de chicos se retira apresuradamente, sin retroceder con la barbilla inclinada, sus labios se encuentran ásperos y cálidos contra los tuyos.
