Vacío.
¿Cuánto más podrá aguantar así?
Allí se encontraba de nuevo, intentando concentrarse en Carlos I de España y IV de Alemania, pero no podía.
Un vacío en el interior de su estómago está distrayéndola, haciéndole sentir cansada y mareada, con dolor de cabeza.
Mira el reloj: 13:21 de un 16 de abril.
No está ubicada, odia esa sensación de no saber en qué hora vivía, o en qué día, o en qué semana...
Su mente está saturada, no esperaba que fuese a ir tan mal.
Logra escribir un par de frases más en aquel papel que tenía encima de la mesa, pero se detiene en el siguiente párrafo.
Se inclina hacia tras apoyando todo el peso de su cuerpo sobre la vieja silla en la que estaba sentada, que chirría de una forma desagradable.
¿Cuánto más podrá aguantar así?
Le zumban ligeramente los oídos y siente que le pesa la cabeza.
Nota su corazón sin necesidad de poner la mano en su pecho.
Late muy deprisa.
Le duele la espalda, la mochila que lleva a su instituto es demasiado pesada.
Llevarla tanto tiempo le provoca contracturas en los hombros, ya hay movimientos que no puede hacer con el cuello.
Mira hacia otro lado y sus ojos se encuentran con su cama.
Quiere tumbarse en la cama.
Necesita tumbarse en la cama.
Se levanta.
Oh no, otra vez.
Un fuerte mareo sacude su cuerpo y hace que tenga que retroceder uno pasos y apoyar una mano en la mesa.
Le pasa constantemente.
Espera unos minutos y vuelve a su camino.
Se desploma en la cama boca abajo, mirando hacia la pared y al cuadro que hay colgado en ella.
Tiene sueño, pero sabe que no podrá dormirse.
¿Cuánto más podrá aguantar así?
Se levanta ligeramente para quedarse sentada en la cama.
Otro mareo sacude su cabeza, esta vez un poco más leve.
Un suspiro pesado se escapa de sus labios entreabiertos.
Un día más viviendo esa pesadilla.
Su madre la ha mentido.
No se acostumbra a los dolores de cabeza ni a los mareos, y no dejaban de aparecer.
¿De verdad le merece la pena?
Lo está pasando bastante mal y los nervios que tiene hacen que no pueda parar de morderse las uñas.
O de tronar sus nudillos.
O de mover la pierna continuamente.
O de arrancarse los trozos de piel de los lados de los dedos hasta que de ellos salga sangre.
O de rascarse el cuello compulsivamente hasta hacerse heridas y una vez que están hechas arrancar las costras.
No se lo puede decir a sus padres.
Sabe que no reaccionaran bien si les dice que quiere dejar de tomar su tratamiento.
Sabe que le dirán que es bueno para ella.
Sabe que le restarán importancia a todos los efectos secundario que está sufriendo.
Sabe que le restarán importancia a su opinión.
No son unos malos padres.
Puede que esa fuese la reacción más lógica que tendría cualquier persona.
Sus ojos se cristalizan y lentamente se forma un nudo en su garganta.
Las lágrimas no tardan en aparecer.
No quiere seguir con esto.
No puede seguir con esto.
¿Cuánto más podrá aguantar así?
Las lágrimas bajan por sus mejillas y sus ojos van tomando tonalidades rojas.
Intenta respirar, pero le falta el aire.
Su respiración esta descontrolada y a un ritmo demasiado rápido.
Esta respirando por la boca y está haciendo mucho ruido.
Coloca su almohada encima de su cara y hace presión.
Grita con todas sus fuerzas.
Separa la cara de su almohada e intenta tranquilizarse.
Seca sus lágrimas con la manga de su camiseta.
Quiere ir al baño y lavarse la cara, pero sabe que si se mueve de allí sufrirá otro mareo.
Se conforma con enterrar la cabeza entre sus rodillas y cubrirla con sus manos.
No puede seguir así.
Cada minuto y segundo de todas las mañas de su vida se lo está entregando a ese tratamiento, como si fuese una tortura.
Solo por esa pastilla.
Esa puta pastilla.
Mira el reloj del ordenador que tiene encima de la mesa.
14:04 de un 14 de abril.
Hace cuentas:
Se la ha tomado a las nueve, se supone que dura 6h (mentira, eso son 7h de infierno para ella), le durará el efecto hasta las tres.
Al menos podrá dormir la siesta.
Ayer apenas durmió 7 horas seguidas.
Se tomó la pastilla muy tarde y no consiguió conciliar el sueño.
La pastilla.
Esa puta pastilla.
Parece como si su vida girase alrededor de esa capsula.
¿Cuánto más podrá aguantar así?
STAI LEGGENDO
Cuentos para dormir
Mistero / ThrillerNo es un libro, son páginas con historias escritas. Historias que salen de mi mente y de mi corazón. Historias trágicas pero realistas. Historias sin final y sin comienzo. Historias sin protagonista, sin trama y sin personajes. Solo historias con i...
