"Wuu...Wuu...Wuu..." Habiendo dicho eso, incluso antes de completar sus palabras, Cao Xin había imparablemente llorado en voz alta, lloró con todo su corazón.

Mientras se encontraban en estado de confusión, el guardia en turno entró corriendo y se dirigió rápidamente hacia ellos a toda prisa. Su dedo señalaba hacia la puerta exterior con cara de asombro. Jadeando y sin aliento, ni siquiera tuvo tiempo de hablar, los huéspedes no invitados ya habían entrado corriendo por su cuenta.

Sus ropas eran blancas como la nieve, los puños de las mangas decorados y cosidos con los más exquisitos bordados一一 El emperador Jing Zong era igual que antes, con su noble porte así como su abrumadora belleza. Pero bajo la corona dorada, el rostro de porcelana blanca estaba lleno de rabia. Los hermanos del la Montaña Lucang que al principio lloraban ruidosamente, se callaron al instante y se volvieron todos silenciosos en ese momento.

"Jing..." Entre la multitud a la que Jing asustó con su poderosa aura, Lu Cang fue el primero en recuperar la sobriedad. Se levantó y con cara de incredulidad se acercó a saludarle y Jing lo abrazó.

Del cuerpo de Jing emanaba una fragancia ligera y cálida. El aroma familiar de dicha fragancia despertó un gran sentimiento dentro del enamorado Lu Cang, lo hizo casi estallar en lágrimas. Aunque ya sabía que este hombre era su estrella de mala suerte de toda la vida, sin embargo, si nunca hubiera experimentado el duro caso de Luo Rong Rong, Lu Cang nunca se habría dado cuenta de que su pesar por separarse de Jing era realmente tan profundo.

"¿No deberías estar en Tong'de ahora mismo..." Obviamente, no debería sentirse conmovido sólo porque este hombre, que ya lo tenía pero seguía tonteando con otras mujeres, mostrara un poco de ternura. Pero Lu Cang no pudo ocultar ni contener el tono alegre y feliz de su voz. Sólo sintió que el mundo entero se había aclarado y alegrado por la aparición de Jing.

Después de todo, Jing había venido, dejando atrás sus asuntos de gobierno, todas las concubinas de su harén imperial, así como el príncipe y la princesa reales, para venir a su lado.

Lu Cang realmente no podía expresar la felicidad en su corazón. Sólo podía acurrucarse obedientemente junto a su hombre, que lo abrazaba íntimamente. Tanto que cuando Jing aprovechó esta situación favorable y lo besó profundamente, no lo rechazó ni lo apartó.

Cao Xin había dejado de llorar. Junto con todos, contempló estupefacto a los dos hombres que tenían delante mientras se envolvían en un profundo beso.

Aunque habían visto en el burdel a hombres y mujeres que jugaban indebidamente, pero los bandidos de la montana de Lu Cang nunca habían visto a una pareja del mismo sexo actuar íntimamente en público. Delante de ellos, Jing y Lu Cang no les daban ninguna sensación de obscenidad.

El alto, esbelto y extremadamente bello Jing junto con el alto, corpulento y sorprendentemente apuesto Lu Cang se mezclaban y compenetraban como si fueran la pareja perfecta creada por la naturaleza. Hicieron sentir al público que habían nacido el uno para el otro.

Tras un largo rato, tanto que parecía que habían pasado diez mil años, Jing soltó por fin a Lu Cang.

La cara de Lu Cang ya estaba roja como si le hubiera quemado el fuego. Lo más probable es que se sintiera avergonzado por su exhibición de amor apasionado, así que bajó la cabeza y la enterró en el pecho de Jing. Pero inesperadamente, fue subido al lomo de un caballo por Jing.

"¡Primero me llevaré a Lu Cang!" Se encaró con todos y les dirigió una devastadora sonrisa, lo bastante encantadora como para provocar la caída de un estado.

Jing no miró atrás para ver el impacto que había tenido su letal sonrisa. Trayendo consigo a su amado, del que había estado separado durante un largo periodo. Instó al caballo y abandonó la mansión del gobierno militar.

El Dragón ColoridoWhere stories live. Discover now