Capítulo XIV

45 7 0
                                    

Capítulo 14.

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene elementos y temas de carácter maduro. Se recomienda la discreción de los lectores.

Todos vivían una buena vida en la Montaña Lucang, libres y sin restricciones, pero los hizo venir a la capital de Tong'an con él, haciéndoles perder su libertad y obligándolos a trabajar bajo un hombre psicópata...

"¡Joder!" Abrumado por el odio, Lu Cang no pudo reflexionar más sobre las consecuencias: "¡Diente por diente, sangre por sangre! Hoy, yo, Lu Cang, le haré saber a ese Zhang que mis hermanos no son alguien con quien pueda meterse. Antes me rendí ante él porque pensé que era sólo un perro que podía ladrar, pero como este perro también puede morder... ¡Hmph! ¡Yo también le arrancaré la cabeza!"

Una vez decidido, no dudó más: "¡Hermanos, empaquen y busquen un lugar para esconderse en el sur, me reuniré con ustedes cuando haya terminado con este maldito perro de apellido Zhang! Este hijo de puta con título de nobleza, ¡Laozi* jamás te dejara ir!"

(*老子 [lǎo zi]: "Yo, tu padre" expresado con ira, o por desprecio / usado con arrogancia o jocosidad para referirse a uno mismo.)

Para mostrar su determinación, se quitó el uniforme oficial bordado con delicados estampados de flores y lo arrojó al suelo. Sacando su espada de dos metros de hoja azul de la cintura, fue como si la luz salvaje de antaño hubiera vuelto a sus ojos.

"¡Hermano mayor! ¡Bien! ¡Desde hace mucho tiempo, no soportaba ver cómo te inmovilizaba ese maldito emperador! Al verte rendido y agraviado, me hace incapaz de reconocerte. ¡Hoy por fin sé que el Hermano mayor sigue siendo el Hermano mayor y un buen líder para todos nosotros! Si tú estás dispuesto a sacrificarte, ¿cómo vamos a quedarnos los hermanos al margen? Tenemos que seguirte para ajustar cuentas con ese maldito perro Zhang, y luego irnos juntos al sur. ¡A quién le importa el emperador! ¡A quién le importa la nobleza! Dondequiera que nuestro Hermano mayor vaya, lo seguiremos. ¡Si quieres comportarte de forma atroz, nos comportaremos de forma atroz, si quieres aplastar a la gente, entonces aplastaremos a la gente hasta la saciedad!"

Cao Xin se rió a carcajadas y también se despojó de la capa superior de su túnica oficial tan pronto como pudo, y los hermanos se ocuparon de seguir su ejemplo. Al instante, todo el patio trasero parecía haberse transformado en la fortaleza de la Montaña Lucang, y el desafortunado Zhang Zidong era el objetivo al que apuntaban.

En ese momento, se reunieron todos los hermanos. Los que tenían sable sacaron su sable, y los que usaban espada levantaron su espada. Emitiendo el aura amenazante, siguieron a Lu Cang por la puerta y se dirigieron a la residencia de Zhang Zidong.

Durante generaciones, la familia Zhang había servido como prominentes funcionarios al Imperio de Datong. Aunque Zhang Zidong no tenía un alto rango en ese momento, vivía en el centro de la ciudad, entre las mansiones de los altos funcionarios, y no muy lejos de la residencia del Marqués Lu Cang.

"¡Pequeño perro Zhang! ¡Bastardo! ¡Sal ahora mismo!" Después de entrar corriendo a la sala de estar, Lu Cang pisó la silla taishi* que había en el centro de la sala, barrió los numerosos decoraciones expuestas con un golpe de su espada y gritó salvajemente para que Zhang Zidong saliera.

(*太师 [tài shī]: La silla del tutor imperial. Esta silla Taishi se utilizó como símbolo de poder y estatus entre académicos y funcionarios gubernamentales.)

"En este alto mediodía, ¿qué cerdo se atreve a venir a hacer ruido aquí?" Zhang Zidong tampoco se quedaba atrás, y no era alguien fácil de tratar en absoluto. Su familia Zhang había sido prominente en el Imperio Datong durante generaciones, y Jing no lo había desairado en absoluto a pesar de que no se llevaba bien con Lu Cang. No había manera de que dejara que esta insignificante mascota masculina del emperador lo menospreciara.

El Dragón ColoridoWhere stories live. Discover now