Capítulo 34

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Gwen

Despierto con el cuerpo totalmente agotado, de inmediato siento el ardor en distintas partes de mi piel a causa de los rasguños que recibí anoche y el calor se asienta en mis mejillas con solo recordar todo lo que hicimos. "Fue fantástico", es lo primero y único que pienso a pesar del dolor y bochorno que me embarga en estos momentos, me es imposible dejar atrás los pequeños recuerdos de diferentes escenas que formamos y mi corazón bien podría detenerse por la felicidad que está desprendiendo de mi pecho.

Rodeo con más fuerza el ahora frío y áspero torso de Kaie y me deleito con lo tranquilizante que es su olor, esa fragancia que es una mezcla hipnotizante para mis sentidos, su esencia que cala por todos mis poros y lo siento tan vivo justo ahora que podría adherirme a él para siempre. La mitad de mi cuerpo es lo único que no puedo mover ya que está atrapado como un envoltorio con su cola de un color platinado tan brillante, no dudaría en decir que son las escamas más bonitas que he podido ver, pero no ejerce gran presión.

Puedo acurrucarme con este gran depredador salido de otro mundo, literalmente, envolviéndonos en su cálido cuerpo por las noches o al despertar como ahora, pero también puede defenderse del peligro con esta mitad de su inhumano cuerpo por si intentan atacarlo por detrás o viniendo directamente hacia él. La cola de Kaie es como un arma de defensa y de cariño al mismo tiempo, y entender eso me parece lo más lejano a que alguna vez pasara algo como eso por mi cabeza cuando lo vi por primera vez en esa cueva.

Solo demuestra cuánto han cambiado las cosas desde que llegué a Orlox.

—¿Te despertaste, mi pequeña presa?

Escucho su voz a los segundos que me quedé jugueteando con uno de sus largos mechones blancos. Un día de estos le haré una trenza o cualquier peinado, sea lo que sea le quedará más que bien.

—Fue poco lo que pude cerrar los párpados... —una sonrisa boba se dibuja en mis labios, una que aún está bajo el encanto de haber pasado la mejor noche de mi vida con el único ser que me ha hecho sentir completa— Pero sí, ya estoy del todo despierta —me levanto un poco para poder quedar a la altura de su rostro y le doy un besito rápido de buenos días.

Kaie me sonríe mientras nuestros ojos no quieren separarse el uno del otro, lastimosamente esa sonrisa se borra poco a poco según detalla las heridas que hay en mi piel y la culpa que transmiten esos zafiros es notorio. Entonces, recién considero en detallarme, aunque podía sentir el leve ardor en ciertas partes como mis hombros, caderas, muslos y espalda... no me había detenido a revisarlo todavía.

Soy consciente de ello gracias a que él no deja de mirarme de manera muy profunda, mis brazos tienen finas líneas rosadas por casi todo su largo, mis muñecas están algo rojas porque él me sujetaba y ejercía una presión exquisita, su mordida en mi hombro también la siento escocer y mis piernas están igual o algo peor que lo demás.

Yo diría que es una obra maestra que dejase tantos rastros de él en mi cuerpo y me sorprendo casi reprochándome con golpes en la cabeza por haber pensado aquello. Aún debo estar aturdida por salir del sueño apenas concedido.

—No pude contenerme a pesar de que lo intenté —sisea casi como un gruñido, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa mientras pasa sus manos por cada marca, un roce tan delicado que me saca una sonrisa satisfecha por su trato—. Perdón.

—Estoy bien, todo está más que bien, fue sexo rudo nada más —le doy una sonrisa más pronunciada para que deje esa expresión seria en su rostro. Realmente no me siento tan mal, solo adolorida, pero no por algo que no haya disfrutado hacer con él.

Mis declaraciones no parecen relajarlo, ya que su ceño sigue fruncido y va en aumento mientras sigue detallando cada parte de mi piel. Veo que sus ojos regresaron en ese tono zafiro brillante que tanto me gusta, entonces busco por nuestro alrededor guiada por la curiosidad hasta que encuentro lo que quería.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora