« Aprendiendo a pedir disculpas»

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        Puedo vivir con el hecho de haber vomitado a mi mejor amiga Criss pero ¿A Eidem Young? ¿Al más guapo de todos los amigos de Steven? Trago saliva y bajo la ventana del auto mientras el aire frío me golpea el rostro y alborota mi larga cabellera negra.

    ¿Se habrá enfadado? Saco mi celular y reviso las fotos que recién ha subido Steven de su fiesta y él aparece allí. El jersey y la chaqueta le quedaban estupendas, y poco a poco se aclaraba en mi cabeza el hecho de que sí lo había vomitado. Demonios ¿Cómo pudo haber pasado eso? 

     — Encontré que es una plaza abandonada. Creo que no deberíamos volver allí. Por eso el oficial ha reaccionado así y nos ha sacado de golpe. -musita Criss nerviosa mientras guarda su celular y Mika sigue conduciendo.

     Criss voltea desde el asiento copiloto y me extiende la mano.

— Kai, dime qué estás bien.

—Estoy bien -susurro con un hilo de voz muerta del sueño. — Estamos bien.

     Las calles frías del pueblo siempre me habían parecido insípidas. Desde la muerte de mi madre lo que más anhelaba era marcharme de allí y olvidar que la había perdido con tan solo quince años por un inesperado cáncer de pulmón. En ese momento me acordé de papá, y me sentí culpable por no haberle avisado que llegaría tarde, otra vez...

Me respondió apenas se entregó el mensaje.

"Kai, son pasadas las doce, debiste respetar el acuerdo en el que habíamos quedado."

"Lo siento papá, voy llegando a casa" 🥺 🥺 🥺 

        Tenía razón. Papá aunque parecía realmente duro era (o al menos intentaba ser) un buen padre. Después de la muerte de mamá se había tenido que hacer cargo de Kendal y de mí, y se notaba que para un hombre de mediana edad, con ganas de sacar su vida adelante, hacerse cargo de una joven de dieciocho y de una pequeña de trece años no era lo más fácil del mundo.

      Criss y Mika insisten aparcar en un café y poder hablar acerca de lo sucedido en la plaza pero me niego y pido que me lleven a casa. Miro de reojo a Criss, quien a pesar de lo que nos ha ocurrido en la fiesta y en la plaza parece estar más serena. Su vestido verde de veía aún manchado por mi vómito, pero este ya se había secado un poco y apenas lograba notarse.

    Me despido de mis amigas y entro (según yo para no hacer ruido) por la puerta de atrás de mi casa. Para mí sorpresa, encuentro a papá justo ahí, en la cocina. Taciturno, molesto y con una taza de café en la mano.

— Faltan menos de quince minutos para las seis Kai. ¿Qué tienes qué decir al respecto?

     Silencio. Era la cuarta vez en el mes que prometía llegar temprano y nunca lo hacía. Siempre le fallaba de la misma forma. Sostiene su taza de café caliente con la mano izquierda y con la derecha señala mi ropa. Su mirada es de desaprobación, por lo que aprovecho el momento y me estudio lentamente. De pies a cabeza.  

Falda de corduroy verde oscuro 

❌ bastante corta para mi 

❌ ❌ ❌  Exageradamente corta para papá. 

 Top de brillos comprado en oferta

❌  Muy corto para mi 

❌ ❌ ❌ ❌ Rotundamente corto para papá.

—Entiendo que quieras divertirte pero, mírate. 

   Murmura levantándose de la mesa y clavando sus ojos en mi, intentando no parecer más enojado de lo que ya está.

Casi como volver a empezarWhere stories live. Discover now