Al conseguir relajarse, Beomgyu se acomodó mientras el director daba su discurso final y aprovechó para saludar a sus padres quienes lo miraban con sonrisas brillantes mientras lo filmaban. No pudo evitar revisar con la mirada nuevamente el lugar, no llevaba la cuenta de cuántas veces lo había hecho en el día, pero fueron las suficientes para que sus compañeros le preguntasen si buscaba a alguien, y aunque su respuesta fue negativa, en realidad sí buscaba a alguien. La ceremonia había empezado con un Beomgyu ansioso de encontrarse con esa persona, pero los minutos pasaban y la desilusión crecía, quizás... se había olvidado de él, de la promesa, de los momentos, de todo y no aparecería, pero su corazón dolía mucho ante esos pensamientos, así que decidió mantenerse firme hasta que el día terminase. Grata fue la sorpresa que se llevó al reconocer a un chico rubio apoyado contra la pared observándolo con una sonrisa desde la lejanía. Ya no oía la voz del director, solo a sus fuertes latidos, pudo jurar que el tiempo incluso se detuvo por un segundo.

Choi Yeonjun estaba ahí, en su graduación, vistiendo tan casual con un estilo completamente distinto que casi no lo reconocía. Su corazón pateó con rudeza su pecho cuando Yeonjun agitó su mano en gesto de saludo. "Es tan lindo, no creo poder aguantarlo", se dijo al ver como sus mejillas se tornaban ligeramente rojas. Para no parecer descortés le sonrió y discretamente le devolvió el saludo.

Las comisuras de los labios de Beomgyu se elevaron tan alto que creyó que un poco más y volaría por los cielos. Ahora sí podía decir que ese día era el mejor de toda su vida.

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Aprovechando que el recién graduado se encontraba hablando con familia y amigos luego de acabar con la entrega de diplomas, Yeonjun caminaba con extrema lentitud por los pasillos del segundo piso casi desiertos en busca de su antiguo salón clases. La nostalgia lo había tomado, y lo impulsó a ir hasta allí.

Al llegar, abrió sutilmente la puerta y una agradable brisa lo recibió. El atardecer comenzaba. Caminó dentro viendo en detalle como el salón continuaba siendo el mismo. Esperaba encontrarse con algo diferente, pero solo decoraba el lugar un cartel de "feliz graduación". Al verlo pudo imaginarse que todos los estudiantes graduados se sintieron como él en ese entonces cuando la vida adolescente llegaba a su fin, ese miedo pero a su vez alegría de comenzar una nueva etapa.

De pronto le invadió la curiosidad de saber quién había estado ocupando su asiento, es una duda tonta que a todos les gusta saber. Se acercó creyendo que no encontraría ninguna pista, sería demasiada casualidad que dejasen un papel, un cuaderno o cualquier otra cosa que le dijese el nombre de la persona ocupaba ese lugar, pero para su sorpresa, al meter la mano debajo del banco, tocó algo: un pequeño frasco de leche de plátano con una nota pegada en ella.

["Beomgyu, has trabajado duro todo este tiempo. Por favor, estudia menos y cuida más de tu salud.
—Min Hyojin"]

No solo le sorprendió que la leche estuviese vencida desde el mes pasado, si no que dio la suerte de que quien ocupó su puesto era Beomgyu.

—¿Hyung? —El frasco resbaló de sus manos por la sorpresa y rodó hasta chocar con las patas de una mesa. Yeonjun giró su rostro hasta la puerta del salón, donde Beomgyu lo miraba divertido. —Toqué la puerta antes de entrar pero no respondiste.

—Lo siento, estaba muy concentrado en mis pensamientos.

Beomgyu se acercó a levantar el frasco del suelo, y luego fue hacia Yeonjun.

—Es una lástima que haya vencido... —Comentó en un tono desilusionado viendo la fecha de vencimiento de la bebida.

—Debiste tomarla antes de la fecha, es tu favorito.

Eritrofobia ⋆.˚ YeonGyu Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt