Los padres de Soobin se acercaron a acariciar la espalda de Yeonjun, también tratando de consolarlo. No quisieron hacer preguntas, pero sabían por su hijo que ese día los padres de Yeonjun no estarían presentes, así que quisieron estar con él.

—Deja de llorar, me da miedo que te deshidrates.

Sorbiendo de su nariz varias veces, Yeonjun se alejó del cuerpo de su amigo quitando las pequeñas lágrimas que quedaron que quedaron en sus hinchados ojos.

En ese momento ya no sabía por qué lloraba, si de alegría, de tristeza, por sus padres, por su hermano, por los Choi o por él mismo. Se sentía alegre, honrado, pero pensaba que le hubiese gustado tener a sus padres y a su hermano con él para celebrar el gran día que dejaba de ser un estudiante inmaduro a comenzaba su vida como un adulto.

—¡Yeonjun hyung!

Si fuese por Yeonjun, no tendría problema en quedarse llorando todo el día ahí mismo, pero la repentina voz que ya conocía lo sacó de sus deprimentes pensamientos.

Beomgyu se acercó a Yeonjun trotando, algo preocupado por ver sus ojos hinchados.

—Hyung, ¿Estás bien?

Yeonjun asintió secando el último rastro de su lloriqueo antes de dirigirse al menor. Soobin se alejó con sus padres para saludar a Kai y Taehyun, y de paso, dejarle algo de privacidad a su otro mejor amigo.

—Solo estoy algo emotivo, lo siento.

—No tienes de qué disculparte, es normal llorar de la emoción. —Beomgyu le sonrió para tranquilizarlo, pero en el fondo, el que debía calmarse era él. Quería decir muchas cosas, pero no sabía cómo y ni por dónde, y así se plantó un silencio algo incómodo. —Yo tengo muchas cosas que quiero decirte, pero...

—¿Pero...?

Más allá de que deseaba con todas sus fuerzas decir todo lo que sentía ahí mismo, reconoció que no era el momento ni el lugar para hacerlo.

Quizás ese día era el último para poder decirlo, días antes se encontraba tan determinado a hacerlo, incluso unos minutos antes cuando le pidió al profesor ir al baño para escapar y saludar a Yeonjun, pero cuando lo tuvo al frente con esa expresión tan triste, se acobardó.

—Voy a extrañarte, Hyung...

Yeonjun sonrió enternecido por las palabras del menor, las mismas le dieron una agradable brisa cálida a su desconsolado corazón.

—Yo también voy a extrañar que alguien me moleste la mitad de la semana, tendré que buscarte un reemplazo cuando entre a la universidad.— La dulce expresión se transformó en una desconcertada, a lo que Yeonjun no pudo evitar reír. —¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Era solo una broma!

—Eres tan cruel...

—Cuando te gradúes podemos salir a beber juntos, y si vas a una universidad en Seúl entonces beberemos todos los fines de semana.

—Sí... —De pronto los ojos del peli negro se iluminaron ante una nueva idea.— Ahora que lo dices, ¡Hyung, ¿Podría pedirte un último favor?!

—Claro, ¿Qué es?

—¡Ven a mi graduación en dos años, y si llego a sobrepasar tu altura, saldrás conmigo sin importar qué!

...

La mente del mayor quedó en blanco, ¿Salir? ¿Cómo amigos? ¿Cómo amigos que son pareja? ¿Cómo amigos para ser pareja?

—Eso... —No sabía realmente qué contestar, porque por un lado la idea le resultaba emocionante, pero a su vez le daba algo de miedo. "Vamos, en dos años encontrará a alguien de su edad, probablemente se olvide de todo", pensó como una posibilidad, así que antes de luchar contra la insistencia de Beomgyu, prefirió aceptar el trato. —Lo haré con una condición.

—¿Cuál?

—Te graduarás como el mejor de tu clase.

—Eso es un poco... —Una pesada bruma negra se instaló sobre el cuerpo de Beomgyu al imaginar todo lo que tendría que esforzarse para lograr ser el número uno de su clase si él era el veintiuno de treinta, pero al ver el ceño fruncido de Yeonjun, se incorporó derecho sobre su espalda. —¡Bien, me volveré más alto y me graduaré como el mejor de mi clase!

Yeonjun pensaba contestarle algo más luego de reírse un poco sobre su actitud cuando una voz a lo lejos lo llamó; era Soobin, quien lo llamaba para formarse y tomar la foto en grupo.

—Parece que ya es tiempo de... — Aprovechando el pequeño segundo de distracción, Beomgyu depositó un beso en la mejilla del mayor. — ... irme...

—¡Suerte, Choi Tomate! ¡Nos veremos pronto!

Yeonjun quedó estático en su lugar viendo como Beomgyu corría en dirección a la escuela, preguntándose también desde cuando los papeles se invirtieron, y sin poder terminar de procesar lo ocurrido. La mejilla donde Beomgyu había tocado con sus labios ardía más que nunca, pero por alguna razón no molestaba. Esa fue la última interacción que tuvo con el menor, desde ese día, tuvieron que pasar setecientos treinta días más hasta que la graduación de Choi Beomgyu los volviese a reencontrar.

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Eritrofobia ⋆.˚ YeonGyu Where stories live. Discover now