encuentro

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Había sido coincidencia encontrarlos en ese lugar, desde aquella vez en aquel pasillo, no había vuelto a querer saber de ellos, había escapado fuera del país, había concentrado su cabeza en sus estudios, dedicó su tiempo libre al trabajo, y como si de la peor enfermedad se tratarán había huido de cualquier sentimiento que se acercará al amor.

—¿Los conoces?.—pregunto la despampanante rubia de ojos azules mirando en dirección a ellos.

—...No.—susurro apartando su mirada de ellos.

—Si… tu los conoces.—sonrio ella divertida mirándolo fijamente y volteando ligeramente su mirada hacia ellos.

—Ino…—gruño mirándola con advertencia, pero ella solo sonrió.

—¿Quienes son?…—pregunto nuevamente.

—Fuimos compañeros en la escuela.—confeso revolviendo incómodo los fideos en su plato.

Ella en cambio levanto sus ojos con un poco de sorpresa.

—¡En serio!

—...Si.

—No hablas mucho de tu época adolescente.—comento ella mirando de reojo a la pareja.

—No hay mucho que contar.—susurro recordando aquel viejo diario que guardaba en algún cajon de su habitación.

—Si, claro.—dijo incrédula.—Alguna buena historia de amor no correspondido debes tener, cómo para aborrecer cualquier sentimiento.

—No hay nada.—gruño, bajando más su mirada cuando noto que ellos empezaban a caminar en dirrección a su mesa.

—Oye… esa chica no es de casualidad….

—Ino cállate.—interrumpio pero fue demasiado tarde aquellos ojos verdes brillaron en reconocimiento.

—Ella es Hinata, la heredera de los Hyuga.—comento con sorpresa, el revolvió aún más aquellos fideos en su plato.—¡Oh por Dios! ¡Es mucho más bonita en persona! Simplemente mira ese cuerpo, ese cabello pero aún más mira esos ojos, nunca había tenido la dicha de ver los ojos de esa familia tan de cerca, es algo hipnotizante.—susurro con un deje de admiración, y el tuvo que admitir aquello, la mirada de ella era simplemente hipnotizante, aquellos ojos claros lo habían encerrado en una hipnosis de la cuál hasta la fecha él aún no había logrado salir.

Y entonces solo la observó, observó su mano unida a la de él, observó el anillo en su dedo, y el leve abultamiento de estómago en su vestido floreado, y el vacío en su pecho regresó y simplemente quiso huir de ahí, huir de ella y lo que provocaba. Pero antes de que él siquiera pudiese intentarlo, aquellos claros ojos se encontraron finalmente con los suyos y todo su cuerpo se erizo cuál gato en peligro, y él apartó su mirada de ella levantándose de su silla.

—Ino… vámonos de aquí.—ordeno con apuro cuando noto como ellos empezaban a caminar hacia su mesa.

—¿¡Que!? ¿¡Por qué!? ¡Aún no termino de comer!.—se quejó ella sin levantarse de su silla ignorando su apuro.

—Ino levántate… por favor.

Pero fue demasiado tarde ellos ya estaba ahí, con una estúpida sonrisa en sus caras, ignorando la vorágine de caos que azotaba su interior.

—¡Teme! ¡Ha pasado muchísimo tiempo! ¿Cómo estás?.—pregunto Naruto y él se tenso de pies a cabeza.

—...Normal…—susurro con frialdad y entonces la sonrisa en los labios de Naruto decayó y en cambio una incómoda tomó lugar.

—Aun no me perdonas… —susurro, pero él ni siquiera lo miró, él solo era capaz de mirarla a ella, solo podía ver la culpa brillando en aquellos ojos claros y por unos cortos segundos regreso al pasado, aquella mañana dónde ella lo rechazó, dónde rechazó todo lo que él le ofreció.

—Tengo prisa.—fue lo único que dijo cortando el contacto visual con ella quien solo bajo su mirada.—Vamonos.—ordeno y está vez Ino obedeció sin preguntar nada.

Y camino, sin mirar atrás, sin mirar siquiera por dónde iba, el solo quería huir de allí, solo no quería estar en el mismo lugar que ellos, no quería ver lo que injustamente se le fue arrebatado, no quería ver…

—¡Sasuke cuidado!—pero había sido tarde y sintió algo chocar contar sus pies seguido de un pequeño gemido.

—¿Estás bien?.—pregunto Ino ayudándolo a levantarse, el pequeño niño de rubio cabellos solo asintió levantando su mirada, y el momento en el que sus ojos se encontraron el sintió como todo el aire en sus pulmones desaparecía.

—¡Lo siento!.—se disculpó el pequeño niño rubio y de ojos azules mirándolo avergonzado.

—¡Boruto-kun!—grito ella atrás de él con alarma.

Y él no tuvo que ser un genio para sacar conclusiones.

—Lo siento Sasuke-san.—se disculpó ella cogiendo rápidamente al niño de la mano y haciendo una leve reverencia.

Él la observó y asintió un poco distraído.

—¿Eres feliz?—pregunto, solo quería saberlo, no importaba él, solo nesecitaba saberlo.

Ella lo observó sorprendida al igual que Ino, y luego solo sonrió cálidamente.

—Si, lo soy, no es perfecto lo que tenemos, hay discusiones de vez en cuándo pero nada que una conversación no pueda arreglar.—contesto ella, con su voz suave y sin tartamudeos.

El asintió.

—¿Y usted? ¿Es feliz?—pregunto y él supo que aquella pregunta significaba mucho para ella, por lo que solo suspiró profundamente y sonrió levemente.

—Si, claro que sí.—mintio ignorando el nudo en su pecho.

Solo por esta vez mentiría.

—Es una dicha.—celebro ella sonriendo.

—Pero sabes… aún si un día llamaras de madrugada yo te contestaría.

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⏰ Last updated: Apr 12, 2023 ⏰

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