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Kakashi endereza los hombros cuando abre la puerta del salón, ignorando todos los comentarios que sus tontos e inútiles compañeros de clase siempre murmuran cuando lo ven.

A Kakashi no le importa lo mucho que las niñas admiran su aspecto y tampoco le importa lo que el cabeza de tonto de Obito dice entre dientes. Primero, porque a Kakashi no le gustan las niñas. Y segundo, porque en su opinión Obito puede meter su cabeza en un panal de abejas y a nadie le importaría.

De todos modos, Kakashi camina frente a la pizarra, evitando mirar a todos sus compañeros mientras sube por las escaleras intermedias hacia las gradas de asientos alrededor del salón de clases.

Generalmente Kakashi se sienta en la última línea de asientos, dándole malas miradas a cualquiera que intente hablarle o sentarse con él. Sin embargo, es una ocasión especial; el consejo de su padre tiene que ser aplicado al pie de la letra exactamente como las reglas shinobi y Kakashi desvía sus pasos en el penúltimo desnivel de asientos.

Hay un tonto niño del clan Inuzuka sentado junto al pasillo y Kakashi gruñe cuando percibe su olor a perro a través de la máscara, frunciendo el ceño con su molestia habitual cuando el chico lo mira.

Sus clanes no son enemigos y tampoco es alguien que le desagrade particularmente, pero... bueno, el Inuzuka está sentado al lado de Gai.

— Quítate, yo voy aquí — Kakashi señala el lugar donde el Inuzuka está sentado e ignora la mirada de sus compañeros, especialmente, la mirada sorprendida que Gai le está dando desde el otro lado de la banca.

— ¿Qué? — El chico Inuzuka parpadea y mira a Kakashi como si jamás se hubieran visto en la existencia, lo que de algún modo podría ser verdad porque Kakashi ni siquiera recuerda su nombre — ¿De qué hablas? Yo voy aquí.

Hay un silencio incómodo en el aula cuando el chico le muestra los colmillos de su clan en una rabieta, y aunque Kakashi podría hacer y decir un sinfín se cosas para quitar al Inuzuka de ahí...

— ¿Está loco?

— Kakashi le va a dar una paliza.

Los murmullos de sus compañeros hablan por él y antes de que Kakashi pueda repetir sus palabras el Inuzuka toma sus cosas, escapando a las bancas superiores tan rápido que se lleva su olor a perro y que también deja disponible el lugar junto a Gai.

— K-Kakashi — Gai tartamudea con vacilación cuando Kakashi se sienta a su lado, acomodando sus cosas como si alejar a sus compañeros fuera completamente razonable. (Lo que en su opinión, lo es. Al menos si considera que Gai será su novio) — ¿Por qué hiciste eso?

El susurro se Gai es horrible. Justo como le dijo a su papá, Gai es escandaloso y molesto. No puede hacer algo tan simple como bajar la voz y prácticamente toda la clase puede oírlo arrastrar las palabras.

— ¿Mnh? — Kakashi le da una mirada fría e ignora su puchero infantil— ¿Por qué hice qué?

Gai abre la boca con emoción, luciendo como si fuera a explicarle lo que acaba de ocurrir como si el propio Kakashi no lo hubiera notado. A veces Gai no entiende el sarcasmo y no sabe leer nunca una situación peligrosa. En general, interrumpe las conversaciones de otros y siempre insiste en los mismos asuntos incluso si nadie está hablando de eso.

Y cuando entraron a la academia, Kakashi alejó a todos sus compañeros con su actitud indiferente, pero Gai jamás se dio cuenta de lo que ocurría con él y a pesar de que Kakashi trataba de alejarlo Gai seguía siendo una molestia incontrolable.

En consecuencia, Kakashi quiere cambiarlo por dos bovinos hembras.

La vida es sorprendentemente misteriosa.

El desastroso equipo HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora