Capítulo I

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|| ¿Hay alguien aquí? ||

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"Y justo cuando pensaba que mi soledad sería mi única acompañante...
Apareces tú y pones mi mundo patas arriba"
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Me desperté temprano al escuchar de mi hermano que era hora de recoger todas nuestras pertenencias. Este fin de semana se ha ido demasiado rápido para mi gusto y me pesaba recordar que pasaría un largo tiempo antes de que pudiese ver a los abuelos de nuevo, lo mismo para mis padres y hermano menor. Ren me imposibilitaba la recogida al estar empecinado en jugar saltando entre ambas camas mientras reía escandalosamente. Me hacía cierta gracia, pero tuve que detenerle ya que sus ropas y demás no se iban a meter solas en la maleta. Acatando mi orden, él comenzó a doblar debidamente cada prenda de vestir y a colocarlas en un sitio apartado para luego guardarlas. Era bueno saber que sabía acatar responsabilidades desde tan temprana edad, al menos me aliviaba saber que no sería igual de despistado o finalista como yo, que todo lo acabo a horas tardías. Por favor, Ren, no seas como tu hermana mayor...

Dejando mis plegarias mentales de lado, finalmente me incorporé al ver todas mis cosas en perfecto orden dentro de aquella maleta. Solo restaba desayunar y luego nos iríamos. Ren salió corriendo ni bien acabó su padre, yo, en cambio, me quedé en aquella habitación un poco más ¿Cuándo sería la siguiente ocasión en la que pudiese poner un pie aquí? Después de tantos años sin haberlo hecho, sentía cierta nostalgia al recordarme de pequeña pasando semanas en convivencia con mis queridos abuelos y las numerosas ocasiones en las que pedía a mi abuelo que me leyese una y otra vez las mismas historias, o cuando ayudaba a la abuela a hornear el pastel de manzana que tanto le gustaba. Sin duda, no siempre tenía tiempo en mi apretada agenda de estudiante universitaria para rememorar las vivencias en familia. Mi mirada pasó de estar fija en el suelo a estar sobre la caja que el abuelo había colocado sobre la pequeña estantería de pared, en cuyo interior descansaba el viejo libro de cuentos. ¿Tal vez debería llevármelo? Después de pensarlo unos instantes decidí hacerlo, ¿qué de malo puede tener el querer conservar un recuerdo de mi estancia en esta casa? Aunque sé que no tendré tiempo para leer sus páginas como antes, seguramente me serviría de confort en mis momentos de más grande estrés: El periodo de exámenes. El cual por cierto, no estaba muy lejano a acontecer, y una vez más empiezo a estresarme al saber que tengo demasiadas cosas que repasar, estudiar, comprender o consultar con los profesores. Suspiro pesadamente mientras me cuestiono si mi elección fue la mejor a la hora de rellenar aquel formulario de aspiraciones durante mi tiempo como estudiante de preparatoria. Tuve tantas opciones...

Negué repetidas veces antes de que tren de pensamientos se descarrilado por el exceso de lamentaciones que estaban empezando a surgir en mi mente. No puedo simplemente pensar eso y echarme para atrás ahora, mis padres me han apoyado en todo hasta ahora y no hay forma de que les defraude a causa de pensamientos como estos. ¿Qué importa que sea duro? Es la opción que yo elegí porque me gustaba la idea de culminar mis estudios siguiendo esta carrera. Seguro que no era tanto lo que tenía pendiente, ¿verdad? Además, no es como que no dedique tiempo a los estudios debidamente. Me levanté rápidamente de la cama, guardando el libro con cuidado en la maleta y bajando las escaleras mientras me daba ánimos mentalmente. Al llegar al primer piso pude escuchar a mi madre cantar en balbuceos incomprensibles mientras cocinaba en compañía de la abuela, que estaba en igual condición. Algo que comparten ambas es el gustar de una canción y nunca aprender debidamente su letra para sus conciertos improvisados a la hora de cocinar. Mientras tomaba asiento y veía a mi madre hacer un baile extraño con la espátula en la mano, el abuelo llega, admirando el espectáculo y conteniendo las risas. Por mi parte, saqué mi celular y me puse a grabarlo todo en un video, ¿por qué no? Luego se lo enviaré a mi padre, como siempre. Ren entró corriendo y cubierto de briznas de hierba, había estado correteando por ahí nuevamente y su ropa era un desastre. Esta vez no le voy a criticar absolutamente nada, estaba ocupada grabando aquel video de la gira mundial casera que estaban teniendo la abuela y mi madre. Ren se llevó ambas manos a la boca, casi queriendo aguantarse de rodar por el suelo entre risas allí mismo.

To love a Dragon [Dragon!Kokichi Ouma x Reader]Where stories live. Discover now