🍪4. Helado dulce tentación🍪

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Gwyneth

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Gwyneth

Un ángel, un demonio y una humana ¿Qué podría salir mal? Probablemente todo. Mi ángel guardián resultó ser el hermano mayor del demonio que acepte cuidar y por algunas circunstancias me obsequio un pastelito que contenía una sustancia celestial, por lo que mencionó no hace daño a los humanos, pero para los demonios es un veneno letal. Mi querido demonio parecía no saberlo y terminó por comérselo en medio de la confusión con la llegada de aquel chico angelical.

—No era mi intención, lo juro por los cielos. Ese pastelito era para ti. Quería liberarte de cualquier hechizo que Jeffrey haya podido implantar en ti —confesó entre sollozos.

—¿Qué hechizo podría tener? ¿Por qué mencionas algo cómo eso?

—Jeff es mi hermano, pero es un demonio. Te puso un hechizo para hacerte firmar un contrato por tu alma, mira ahí tienes las pruebas —señaló la mesa de la sala en donde estaban una hoja ahuesada y un pomo de lo que parecía una tinta carmesí—. Comiste un chocolate demoníaco qué te hizo perder la conciencia, esa hoja es el contrato y la tinta de sangre de dragón son todas las pruebas que necesito para hacerte ver la verdad.

Aquello parecía ser cierto, mi memoria sobre los últimos minutos también estaba nublado, pero de todos modos que le creyera o no, no cambiaba nada, sin embargo, se veía realmente arrepentido. Intentando buscar la solución para remediarlo, sacó un libro con un ademán de manos y se puso a ojearlo. Quizá todo fuera un accidente, aun así, debía tratarse de un ángel muy despistado para haberlo provocado, aunque siendo mi ángel guardián, entonces todo era posible.

—Eso no importa ahora, tienes que ayudarlo —quise persuadirlo a actuar.

—Sí, puedo atenuar su dolor por algún tiempo. Usaré esto para protegerlo—sacó un listón blanco como un pañuelo que ató a una de las muñecas de Jeff.

De inmediato un halo de luz dorada cubrió su cuerpo entero y después de un destello, volvió a la normalidad haciendo que él dejará de quejarse por el dolor y se quedará dormido. Su cabeza estaba por caer del sofá así que lo sujeté y me senté a su lado para ser su soporte. Mientras pensábamos en cómo ayudarlo empecé a darme cuenta de que era una chica realmente extraña, cualquiera en mi lugar debería estar confundida o por lo menos sorprendida de tener a dos seres que se creían mitológicos a su lado, pero por alguna razón no dejaba de pensar en todo aquello como un déjà vu. Era demasiado normal, se sentía familiar y no podía simplemente ignorar a ninguno de los dos y hacerlos a un lado, quizá leer tantos mangas de fantasía estaban afectando mi percepción de la realidad, en algún punto incluso esa idea dejo de incomodarme.

—¿Qué tenía ese pastelito? —pregunté, después que el ángel me ayudará a llevar a Jeff y dejarlo sobre mi cama para que descansará de forma más cómoda.

—No contenía gran cosa, purifica el cuerpo y alma de quien lo ingiere. Para los humanos sería muy beneficioso y hasta un milagro conseguirlo —aseguró, sus ojos verdes eran un poco más pálidos que los de mi demonio.

Dulces Demoníacos - ONC2023 Where stories live. Discover now