Beomgyu no podía articular palabra ante lo sucedido, ¿Qué debía decir? ¿Culpable de qué? Hizo tantas cosas malas que no sabía de cuál de todas le hablaba.
A punto de colapsar ahí mismo, sin nada más que decir ni nada más qué hacer, con todas las emociones a flor de piel, Yeonjun salió casi corriendo de la vista de todos los estudiantes que presenciaban el escándalo protagonizado por un estudiante de último año y una pesada broma que cayó en el casillero equivocado en el momento más inoportuno.
Soobin no sabía a quién consolar primero, si a su mejor amigo en un estado tan sensible como ese o al pequeño de mirada apagada, todavía procesando la situación.
—Ven conmigo. —Sin dudarlo otro segundo, Soobin tomó de la muñeca a Beomgyu y lo arrastró lejos de toda la muchedumbre que continuaba hablando de "Choi Yeonjun, el hombre moco".
Por la cabeza del estudiante de cuarto año no pasaba nada más que la frase "no quiero volver a verte", una, y otra, y otra vez, como una canción trabada en la misma línea. Aunque intentase despejarse un poco y analizar la situación, esa oración lo marcó como un filoso cuchillo pinchando profundamente su corazón.
Lo había arruinado, terriblemente. Yeonjun no quería verlo de nuevo, era un fastidio para él, siempre lo fue pero nunca quiso entenderlo. Le divertía mucho molestarlo de forma inocente, avergonzándolo con cumplidos, pero era incapaz de sobrepasar la línea que lo separaba de lo hiriente.
No estaba en sus cabales como para analizarlo todo en profundidad, pero Soobin sí, por eso lo llevó a los vacíos vestidores de hombres para despejarle un poco la mente.
—Tenemos que hablar, y te necesito en tus cinco sentidos. —Dio un ligero golpe a la mejilla menor para intentar despertarlo un poco. —Siéntate.
Obediente, Beomgyu se sentó en la banca situada entremedio de los largos casilleros azules.
—No entiendo...
—Lo sé, y es por eso que trataré de hablar con él cuando se haya calmado, pero por ahora lo que más necesita es estar solo. —Viendo que Beomgyu solo mantenía su mirada gacha como si lo hubiesen señalado de cometer un gran pecado, Soobin se sentó a su lado en silencio, y pensó sus palabras antes de continuar. —No la ha estado pasando muy bien estos últimos días. —Comenzó.— Yeonjun es algo especial, un chico bastante peculiar, que es interesante desde el primer momento que lo conoces. Yo no conocía otro punto de vista sobre el mundo más que el mío, pero conocerlo a él, fue ver las cosas de una nueva manera. Tiene tantas ideas divertidas, coloridas, el positivismo que hoy en día se necesita. El poder vernos tan puros cuando hacemos tanto mal. A pesar de ser un chico con muchas virtudes, a lo largo de nuestra amistad he notado que también tiene muchos defectos, y uno de ellos, es creer que puede cargar las cosas por sí mismo. Ahora mismo está tratando de lidiar con sus problemas por su cuenta, y más allá de eso, no es justificable nada. Pero creo que es necesario que lo sepas.
Silencio.
—Me siento demasiado culpable... —Confesó luego de un rato.
—¿Por qué culpable?
—Le he causado otros problemas después de todo.
—Oye, sé que no has causado esos accidentes adrede. Nada es tu culpa, todo es culpa del idiota de Yeonjun por ser despistado. Él nunca presta atención ni siquiera cuando va caminando.
Y era cierto, Yeonjun tenía la particularidad de caerse todo el tiempo incluso cuando nada ni nadie era el causante de ello. Podía estar caminando tranquilamente y de la nada caerse, ni él podía justificar el cómo.
—Lo de la biblioteca... eso sí ha sido mi culpa, yo he tirado el estante.
—Pero fue un accidente, no creo que hayas querido tirarle un estante lleno de libros encima. Tranquilo, estoy muy seguro que más tarde se arrepentirá de lo que ha dicho. —Beomgyu sollozó, sorbió de su nariz intentando no largarse a llorar ahí mismo, pero se le estaba haciendo inevitable.— De verdad, no te sientas así porque yo también voy a llorar, ¿Sí?
Las palabras de Soobin no sirvieron de mucho, es más, empeoraron las cosas. Beomgyu se sentía mal por sentirse un idiota y hacer llorar al chico a su lado.
Sin aguantarlo más, se echó a llorar. Era débil, un niño débil que cometía errores y se arrepentía al segundo por ellos. Recién entraba en la adolescencia como para entenderlo bien.
El mejor amigo de Yeonjun lo abrazó, tratando de calmarlo y que deje de llorar antes de él también hacerlo.
—Yeonjun debe estar odiándome... —Murmuró apenas duras sobre el hombro del mayor.
—Ah, así que es eso... —Rió con ternura, alejándose lentamente de él.— No creo que te odie en lo absoluto, Yeonjun no es una persona que pueda llegar a odiar a alguien, solo está molesto porque repentinamente todo lo malo le ha sucedido en la misma semana, pero estoy muy seguro que una vez el demonio enojado que lo ha poseído abandone su cuerpo, querrá hablar contigo. Solo dale tiempo, y no creas que tienes la culpa de algo, porque él también tiene que admitir que se ha equivocado terriblemente hoy al hablarte de esa forma.
—Gracias, por hablar conmigo.
—Lo hago porque te preocupas por Yeonjun tanto como lo hago yo, así que puedo entender cómo te sientes ahora.
˚ ༘ ♡ ⋆.˚
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Eritrofobia ⋆.˚ YeonGyu
De Todo⋅┊ೃ⋅┊ೃ⋅┊ೃ⋅┊ೃ⋅┊ೃ ꢤꢆ ׁ Temor a ruborizarse en situaciones sociales ꢤꢆ ׁ | | \ / ღও eritrofobia • Choi Yeonjun sufre de eritrofobia, y Choi Beomgyu ama molestar a su nuevo hyung. 「"Eres Choi Tomate, así te conocen muchos".」 ‧₊˚ YeonGyu ‧₊˚ Contenid...
Choi Yeonjun, el hombre moco
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