Capítulo 2

199 26 0
                                    

El señor McAllister, el profesor que la había acompañado hasta su dormitorio, le dio una serie de indicaciones para que fuese capaz de llegar al despacho de Nolan por su propio pie, para después controlar aquella jauría de jóvenes que se había liberado por los pasillos del centro.

Había tenido que dejar su equipaje abajo, por lo que no podía hacer mucho más que esperar. Entró en el baño que tenía su habitación para lavarse la cara y peinarse. Recogió su larga melena castaña en una trenza, que adornó con un lazo gris en la punta. Después de esto, y bajo la curiosa y atenta mirada de multitud de chicos que aún seguían en los pasillos, se dirigió al despacho del señor Nolan.

Una vez allí, entabló conversación con la señora Nolan, esposa del decano y, además, secretaria del centro. Llevaban un par de minutos hablando, y lo cierto es que congeniaron bastante, cuando un chico de cabello rojizo asomó la cabeza por el hueco de la puerta entreabierta.

"Perdonen la intromisión" dijo él, "pero el señor Nolan querría ver a la señorita Damburry en su despacho."

Ciara se levantó, y atravesó la puerta por la que se había asomado el chico. Al entrar en el despacho del decano, se encontró con cinco muchachos, que la miraban con los ojos como platos, sorprendidos de que los rumores fueran realmente ciertos, lo que significaba que una chica estudiaría ese curso en Welton y que, además, iría a su curso.

"Bien" dijo el decano al verla entrar en su despacho, "ahora que ya estamos todos, comencemos"

Los chicos volvieron a girarse, quedando completamente de espaldas a Ciara y de frente al señor Nolan.

"Señor Anderson, señorita Damburry" volvió a hablar el decano, sin alzar la cabeza de su escritorio, "ya que son ustedes nuevos, permítanme que les explique que aquí, en Welton, soy yo quien distribuye las actividades extraescolares, basándome en el mérito y en los deseos expresados por cada uno. No hay ni que decir que estas actividades se han de abordar con la misma seriedad que la que dedican ustedes a su trabajo puramente escolar. ¿No es así, muchachos?" El decano levantó la cabeza.

"¡Sí, señor!" le respondieron cuatro de los chicos al unísono, Ciara supuso que aquel que no había hablado sería el señor Anderson.

"Cualquier ausencia injustificada a las reuniones se sancionará con una falta. Y ahora, veamos; usted, señor Dalton: club de biblioteca, fútbol, remo. Señor Overstreet: club de alumnos de grados superiores, fútbol, boletín del colegio, club de hijos de antiguos alumnos. Señor Perry: club de alumnos de grados superiores, club de química, club de matemáticas, anuario del colegio, fútbol. Señor Cameron: club de alumnos de grado superior, club de debate, remo, club de biblioteca, consejo de honor"

"Gracias señor" dijo el chico pelirrojo que había llamado a Ciara momentos antes.

"Señor Anderson, a la vista de los resultados que consiguió en Balincrest: fútbol, estudio de la Biblia, anuario del colegio. Señorita Damburry, en base a su espectacular currículum: club de debate, boletín del colegio, club de matemáticas y anuario escolar. ¿Hay algún deseo en particular que quieran ustedes expresar?"

El señor Anderson se quedó un momento en silencio. Trató de balbucear una respuesta, pero las palabras se le quedaban atravesadas en la garganta.

"Hable con más claridad, señor Anderson"

"Yo... Me gustaría... Preferiría... el remo,... señor" dijo Anderson, con voz apenas audible.

Nolan miró un buen rato al muchacho, que se puso a temblar como una hoja. En la estancia no se oía más que el sonido del viento, y Ciara empezó a ponerse nerviosa.

"¿Remo? ¿Ha dicho remo? Pero si aquí veo que usted jugaba al fútbol en Balincrest"

"Es... Es verdad..., pero..."

Ciara podía ver como el chico se apretaba las manos con tanta fuerza que la sangre no le circulaba por las articulaciones. Podía ver también como se le formaban lágrimas en los ojos bajo la mirada del resto de chicos.

"Le encantará nuestro equipo de fútbol, Anderson" decretó el señor Nolan. "Señor Perry, será usted el encargado de enseñarle a sus dos nuevos compañeros el funcionamiento de nuestro colegio"

"Si, señor Nolan" contestó uno de los chicos

"Bien, muchachos, señorita, pueden retirarse"

El grupito salió de la oficina del decano mientras que, en la puerta, Hager llamaba ya a los cinco siguientes.

Camino de los dormitorios, uno de los chicos se acercó a Todd que iba solos, y le tendió la mano. Ciara no podía escuchar lo que decían, pues los zapatos que llevaba no le permitían avanzar tan rápido como el resto del grupo, y pronto se quedó rezagada. Otro de los muchachos se dio cuenta de esto y se acercó a ella.

"Ten cuidado y no te separes" le dijo a Ciara, "el señor Nolan nos matará si te perdemos en tu primer día"

"Sí" dijo otro muchacho, poniéndose también a su altura, "y sería una verdadera lástima que una chica tan guapa quedara a la merced de nuestros compañeros ¿No es así, Meeks?" Esta pregunta la dirigió hacia uno de los chicos apoyados en la pared, quien levantó la mirada y rodó los ojos

"Deja a la nueva en paz Charlie, no la asustes en su primer día" dijo el chico que había estado hablando con Todd mientras se acercaba a Ciara. "Soy Neil" se presentó y alargó la mano a la espera de que Ciara se la estrechase, "Neil Perry"

"Ciara Damburry" dijo ella, levantando por primera vez sus ojos azules de su falda gris

"¿En qué asignatura estás matriculada?" volvió a preguntar Neil. "Por saber quién de nosotros te acompañará a las clases para que sepas donde están" explicó.

Ciara se apresuró a sacar su horario. "Sí... Eh... Estoy en latín, trigonometría, literatura, cálculo, química..."

"Parece que tenemos el mismo horario, princesa" dijo Charlie, y con eso dio por finalizada la conversación. "Mi habitación es esta, y la tuya la de enfrente, si necesitas algo... Ya sabes a quién acudir" dicho esto, le guiñó un ojo y todos los chicos entraron en una de las habitaciones, dejando a Ciara sola, en mitad del pasillo.

"Estupendo" pensó ella, abrió la puerta de su habitación y entró para comenzar a ordenar sus cosas. Deshizo su maleta, colocó su calendario en la pared y comenzó a dar vueltas por la habitación, lamentándose por no haberse acordado de traer su cartera, ahora tendría que llevar los libros y cuadernos en las manos, y sabía que sus compañeros se reirían de ella.

Al llegar al pensamiento de sus compañeros, se preocupó, pues no sabía nada de ellos, solo que la acompañarían a las clases. No le apetecía en lo absoluto, si se veían obligados a llevarla a todos lados acabarían por verla como una carga, y jamás tendría nuevos amigos. En estas cosas estaba pensando cuando escuchó un suave golpe en su puerta, que se apresuró a abrir, era uno de los chicos de antes, no se había presentado todavía.

"Eh... Hola..." comenzó a hablar, trabándose con sus palabras, a Ciara le dio una cierta ternura. "Soy Knox Overstreet, no nos han presentado", dicho esto le extendió la mano, que Ciara estrechó.

"Yo soy Ciara Damburry, ¿querías algo?"

Knox se quedó mirándola por unos instantes, era verdaderamente hermosa

"Eh... Sí... Sí..." salió de su trance, pero las palabras parecían no querer salir. " Vamos a formar un grupo de estudio, para prepararnos para las clases de mañana. Igual quieres unirte a nosotros, y, si es así, eres más que bienvenida. Hemos quedado a las 8, en la habitación de Charlie y Cameron"

Ciara meditó sus palabras durante unos segundos antes de contestar.

Ciara Damburry (La sociedad de los poetas muertos)Where stories live. Discover now