Prólogo

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"Mamá, no puedo ir a Welton" protestó Ciara. "Es una escuela de chicos"

"Lo sé, cariño" contestó su madre, intentando tranquilizar a la joven. "Sólo serán unas semanas, hasta que logremos arreglar todo este malentendido con las matrículas"

"Esto no es nada justo" respondió Ciara, para después encerrarse en su habitación de un portazo. En cuanto oyó el golpe de la puerta se dio cuenta de su error, y los pasos acelerados de su padre por las escaleras le dieron la razón.

"¿Se puede saber a qué vienen estos golpes?" gritó su padre, tras abrir de un empujón la puerta. "¡Me da igual que no quieras ir a Welton! ¡Harás lo que se te ordene! No te hemos educado para que lleves la contraria a tu madre ni montes esta clase de pataletas. Ya no eres una niña, así que deberías pensar en dejar de comportarte como tal"

Ciara ya estaba acostumbrada a que su padre le gritara, pero seguía asustándose al verlo tan enfadado. "Pero papá..." intentó decir.

"¡Nada de peros!" volvió a gritar él. "Irás a Welton, estudiarás todo lo que debas y terminarás el curso. Estoy harto de aguantar tus berrinches", en este punto Ciara ya estaba aguantándose las lágrimas.

"¿Todo el curso? Pero mamá ha dicho que..."

"Me da igual lo que haya dicho tu madre" dijo él, se dio la vuelta para salir de la habitación pero, antes de cerrar la puerta le advirtió "Y mucho cuidado, porque como el Sr Nolan llamé a casa con cualquier queja..." Dejando esta frase en el aire, cerró la puerta de un portazo, dejando a Ciara sola y llorando.

"Una escuela de chicos" pensó, mientras escuchaba los gritos de su padre en la planta de abajo. "Voy a hacer el ridículo allí, todos me mirarán mal y seré el bicho raro desde el principio. Me quedaré sola" Con estos pensamientos aún rondando su cabeza, acabó durmiéndose.

Soñó con su nuevo colegio, sus nuevos compañeros, sus nuevos profesores. El sueño empezó bien, aunque luego cambió, y lo hizo para mal.

Despertó en mitad de la noche llorando y dando voces, tales eran sus gritos que despertó a su hermano Chet, quien dormía en la habitación de al lado, y que corrió hacia la habitación de su hermana para ver si se encontraba bien.

Al verla sentada sobre su cama, abrazándose las rodillas, pálida como las cortinas de su dormitorio y llorando, no pudo hacer otra cosa que avanzar hasta ella y abrazarla. Se sentía culpable al ver a su hermanita así, aunque él no había tenido la culpa del error en las matrículas, pero ver así a Ciara le rompía. Él se había prometido a sí mismo protegerla de todo lo malo que pudiese pasarle, y así había sido desde que eran pequeños. Incluso se las había ingeniado para que, si al final él tenía que irse a Welton, Ciara estuviese en la misma clase que su novia, Chris Noel. Pero ahora nada de eso importaba.

Se quedaron así, abrazados, hasta que ambos cayeron rendidos.

Su madre sonrió a la mañana siguiente al verlos aún abrazados, aunque profundamente dormidos, en la cama de Ciara, como cuando eran solo unos niños. Al pensar en que estaba a punto de separar a estos dos hermanos le borró la sonrisa.


...


El trayecto en coche hasta la Academia Welton no podría haber sido menos entretenido. Su padre conducía, y no la miró ni una vez en las dos horas de viaje.

Al llegar a la escuela, estaba aterrorizada.

Ciara Damburry (La sociedad de los poetas muertos)Where stories live. Discover now