¿Un adios o un hasta luego?

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- ¿Inconforme con mi esposo?.- Volvió a sonreir mientras sus ojos se enrojecian de la ira.- ¿Acaso se volvieron locos?

- Majestad.- El hombre temblaba ante la ira del Emperador.- Perdoneme, solo estoy repitiendo lo que se dijo.

- Tranquilo.- Zhan caminó hacía el hombre y lo tomó de los hombros.- Levantate. No tienes que temer.

- Lo siento mucho Majestad.- Se dirigió a Zhan.- Sé muy bien quien es usted, los méritos que ha traido al reino y lo mucho que nuestro Emperador lo ama. Incluso yo siendo mayor que usted lo admiro. No fue mi intención ofenderlo.

- Lo sé muy bien.- Le sonrió dandole alguna palmadas en la espalda.

- De acuerdo.- Yibo estaba iracundo.- ¿Quieren una reunión conmigo? Bien, la van a tener.- Observó a su omega.- Puedo aceptar cualquier condición que me pongan menos algo que le provoque daño a mi hombre.- Observó la sonrisa de su omega y pudo sentir la calma en su corazón.- Zhan, escribe una carta a tu padre. Dile que necesitaré de su ayuda. Ya que mis hombres...mejor dicho...ese grupo de traidores decidió rebelarse. Necesitaré refuerzos para reducirlos.

- La escribiré de inmediato.- Se acercó a toda prisa al escritorio.- Mi padre no se negará y nos enviará refuerzos.

- Llevanse eso de aquí.- Apuntó a la gran bandeja ante sus ojos.- Brindenle un funeral digno. Aunque ninguno lo merecía, aún siguen siendo la familia de la Emperatriz y mi hijo.- Se quedó viendo como alejaban las tres cabezas.- Si quieren guerra...la van a tener.

............

- ¡No me importa lo que me digas!.- El joven principe le gritaba a su alfa quien yacía frente a él y en silencio.- ¡No pienso deshacerme de mi bebé! Es nuestro y es algo que he anhelado.

-.......

- No pierdas tu tiempo intentando convencerme porque no lo vas a lograr.

- ¿Podrías dejar que hable?.- El Persa habló con voz calmada.

- ¡No! Se muy bien lo que dirás asi que no.- Cubrió sus oidos.

- Ya llevamos tiempo de casados.- Se acercó a él y con delicadeza alejó las manos que cubrían sus oidos.- Pero todavía pareces un niño.- Con su pulgar limpió una de las lagrimas que corrían por su mejilla.

- No me pidas que lo aborte.- Sollozó.- Por favor, es nuestro. Es algo nuestro.

- No importa lo que diga, aún así seguiras adelante ¿Cierto?.- Sus ojos se tornaron cristalinos.

- No me ocurrirá nada, estaremos bien. Lo prometo.

- Lo mismo le dijo mi madre a mi padre y hoy ya no está aqui.- Acunó su rostro entre sus manos.- Entiende, no te quiero perder.

- Yo no soy tu madre. No soy Él. Te aseguro que estaremos bien.

- Eres tan terco.- Acercó sus labios a su frente.- Aunque esa fue una de las razones por las que me enamoré de tí.

- Por favor, por favor.- Rogó con sus ojos cerrados.

- Tienes que prometerme algo.- Alejó su rostro para admirarlo.- Debes mantener tu palabra de que estarás bien y de que juntos cuidaremos de nuestro hijo.

- Lo juro.- Sonrió.- Puedo jurarlo mil veces.

- Y tú.- Se colocó de rodillas ante su omega para luego reposar su cabeza en su vientre.- Debes ser buen niño y debes cuidar de tu madre. Si no lo haces te las verás conmigo.- Alfa y omega sonrieron.

Era la primera vez que Shaham experimentaba el miedo en sí y había descubierto que esta sensación era sumamente desagradable.

Temía que la historia de su madre se repitiera una vez más y que al final su hijo al igual que él terminara perdiendo a uno de los seres más importante de su vida. Le aterraba la idea de que su principe acabara de la misma manera que su madre pero no había nada que pudiera hacer.

Yizhan.Where stories live. Discover now