Abrí los ojos de golpe y Damon venía corriendo con su pijama, le hice una seña de silencio y él se quedó estático en su lugar, señalé la cama y él abrió su boca y llevó sus manos a su cara sorprendido, evité reír.

— ¿Mami, está aquí?— Susurró chismoso.

— Sí, pero shhh. — Afirmé, él se acercó para ver a la cama.

Tomé la mano de Damon y lo saqué de la habitación rápidamente cerrando la puerta, él me quedó viendo y alcé una ceja.

— ¿Mami y tú se quieren otra vez? ¿Mami ya no se va a ir?— Arrojó esas preguntas haciéndome temblar.

— ¿Qué has comido hoy? ¿Loro?— Evadí sus preguntas nerviosa, su estómago rugió.

— Tengo hambre. — Mencionó sobando su estómago, reí.

— Anda, te haré el desayuno. — Apuré dándole una nalga juguetona, antes de que saliera corriendo a la sala.

Por más que quisiera decirle a Damon que Poché no se iría, no sería una verdad cercana, así que cómo la gran madre que era evitaba la conversación a toda costa.

¿Por qué los niños eran tan metiches? Mi hijo lo era y a veces no sabía cómo lidiar con eso.

Me dirigí a la cocina haciéndome una coleta, Damon se había sentado en el piso a ver caricaturas, era fin de semana y no comprendía por qué se despertaba tan temprano los sábados y domingos.

Me dispuse a hacer el desayuno, algo rápido así mi hijo no moría de hambre, saqué todo lo necesario y los ingredientes para hacer todo. Cuando terminé Damon venía corriendo a la cocina y se sentaba en la silla de la isla de la cocina para devorar el desayuno.

Claramente se estaba comiendo sus panqueques con forma de dinosaurios y corazones.

Me sentía enamorada, no me juzguen.

También me dispuse a desayunar algo, no es cómo que tuviera mucha hambre, después de todo fuera de las paredes de mi casa el mundo se me venía encima y no era divertido.

Después de la noticia de Alan, las redes estallaron de nuevo con mi nombre, me había costado meses mantener un perfil en dónde se hablará de mi trabajo, pero bastaba que un imbécil viniera y jodiera todo con asuntos muy personales.

Camila había venido ayer por la noche para ver una solución al asunto, pero sinceramente no había ninguno favorable, y eso era lo peor.

No quería someter a Damon a una prueba de ADN con su padre el cual es una basura, por suerte Alan no se ha atrevido a buscar la forma de hablar con Damon, para mi hijo su padre estaba en la luna o quizás bien muerto.

Ojalá estuviera muerto, así dejaría de joderme la vida.

Por otra parte mi mamá se dio cuenta del problema, ayer cuando me llamó creí que todo iba a empeorar, pero me sorprendí cuando fue todo lo contrario, mi mamá estaba muy dispuesta a apoyarme, incluso se ofreció para venir y cuidar de Damon.

Yo estaba más que impresionada, empezaba a tener una madre comprensiva, no sabía cómo trabajar con eso, es decir, ¿una madre comprensiva? ¿Qué es eso? ¿Se come? En fin, esperaba que ella siguiera así.

Salí de mis pensamientos al oír la puerta, me levanté rápidamente y detuve a Damon con una mirada al verlo que iba a correr a la puerta.

— Cariño, no le abras la puerta a nadie a partir de hoy, ¿ok?— Pedí con voz amable, él asintió.

— Si, mamá. — Afirmó tomando su leche con chocolate.

— Muy bien. — Dije sonriendo.

Me dirigí a la puerta y al llegar me dispuse a ver por la mirilla, rodé los ojos al ver a Lila con Cameron. Quité los seguros y abrí rápidamente, los hermanos Silva me saludaron con una sonrisa antes de adentrarse a mi casa.

Así coincidimos || TerminadaМесто, где живут истории. Откройте их для себя