Capítulo VIII

1.8K 241 11
                                    

Salir de la clase de física y lo primero que ve es como todas partes pasan de un lado a otro con mucha rapidez la dejó despistada, estaba pasando algo en la cancha y bastante grave ya que todos estaban corriendo hacia allá, apretó los labios y los siguió, la curiosidad era más grande que ella así que debía ir además le gustaba estar informada de todo y tener las cosas bajo control, mientras buscaba justificaciones para sus actos se asomó y en sus cayeron en una alta que parecía estar ganándole en el básquet a la mejor jugadora del instituto.

— ¡Eso no es jugar limpio! —. Exclamó apretando las manos al ver como Chou le daba la vuelta sin problema alguno.

— Calmate Manoban, haces que mis oídos duelan —. Rió y Sana también lo hizo, sabía cómo era Tzuyu y se estaba burlando sin ningún problema de la malcriada tailandesa que odiaba perder, se abrió paso a un mejor lugar en donde se sentó a ver el espectáculo que estaba haciendo. — Uy, por aquí —. La despistó provocando un tropiezo en la contraria. — Tengo que admitir que pensé que me ganarías por paliza —. La miró y encestó. — Pero mira lo fácil que te anoto.

— Te-tengo una lesión —. Se excusó y miró a su novia quién se cruzó de brazos, la capitana de las porristas, Kim Jennie.

— ¿La lesión es haber estado en una fiesta cerca de mi casa y que hayas tomado tanto que te escuché y vi vomitar? —. Se escucharon murmullos. — Mira ni estoy en plan de arruinarte la vida pero no busques excusas baratas cuando sé que soy mejor que tú y también sé razones por las que no estás dando el cien por ciento —. La de flequillo tragó saliva. — Y... —. Le lanzó la pelota en la frente. — Niña de papi, deja de engañarte a ti misma —. Culminó con una pequeña sonrisa que se borró al dar la vuelta y notar a todas las personas que ahora mismo estaban aplaudiendo.

Todo el mundo odiaba a la Tailandesa desde que se hizo novia de Jennie y capitana del equipo, había cambiado drásticamente y era tan insoportable que habían algunos que simplemente la ignoraban para no caer en las redes de las múltiples provocaciones, creía que tenía el mundo en sus manos y que podía hacer con quien sea lo que quisiera pero se topó con la persona equivocada, Tzuyu nunca se dejaría.

— Tzuyu... —. Sana murmuró al sentir como la tomaba de la muñeca y la jalaba a un lugar apartado. — ¿Qué sucede? —. Estaba demasiado ansiosa y no entendía el por qué, movía las manos en su cabello y suspiraba, caminaba de un lado a otro en el baño mientras Sana la veía subida en los lavabos. — hey —. Intentó llamar su atención. — ¡Tzuyu! —. Exclamó en un susurro. — ¡Tzuyu! —. Gritó con todas sus fuerzas bajándose de donde se encontraba y tomando las manos sorprendentemente frías de la contraria.

— Había mucha gente viéndome —. Minatozaki asiente y no dice nada, acaricia suavemente las manos intentando calmarla de una manera u otra. — Y no me dijiste idiota —. Rodó los ojos por el insulto. — ¿Eso es una corona? —. Frunció las cejas y se miró en el espejo, se le había olvidado que debía quitársela.

— Si —. Dijo con una gran sonrisa. — ¿Viste como se me ve? —. Se muerde el labio y acomoda la pequeña corona antes de guiñarle a su reflejo en el que vio a Tzuyu quien la miraba sin expresión. — Perdón, perdón —. Se la quitó y gruñó.

— ¿Por qué te la quitas? —. Se sentó y apoyó la espalda en la puerta. — Parecías una princesa —. Minatozaki abrió los ojos y sintió sus mejillas arder, tragó saliva y se acomodó mejor, su corazón saltó de emoción y frunció las cejas, ¿qué le estaba pasando?. — En fin...creo que todos se fueron —. Se asomó y notó como las personas se iban yendo olvidando lo que acababa de pasar, no le gustaba para nada que los demás estuvieran al pendiente de ella de esa forma.

— Hiciste que la estupenda Lisa se callara —. Recordó Minatozaki mientras se acomodaba la corona. — cada día me asombras más —. Dijo con total sinceridad y Tzuyu se encogió de hombros.

— Se lo merecía, ya era hora que alguien le callara la boca —. Se encogió de hombros y se mordió el labio. — ¿Crees que debes salir aún sabiendo que van a saber que estuve contigo? —. Sana se quedó en silencio y se acomodó para también ver como las personas se iban.

— ¿Qué tiene de malo? —. Chou entre abrió los labios sin saber que decir. — no van a pensar que estaré con alguien como tú y todos saben que me odias —. Murmuró al ver a una chica acercarse. — silencio —. Le cubrió la boca a Tzuyu quien solo suspiró, ella tampoco quería que la escucharán así que no era necesario, le quitó la mano y Sana se quejó.

— quiero comer helado —. Sana subió la mirada para conectarla con la más alta. — ¿Quieres ir a comer helado? —. Creía que estaba soñando, eso explicaría muchas cosas.

— no gracias —. Contestó segura.

— bien, comeremos helado el domingo ¿te parece? —. La japonesa parpadeó descolocada, le acababa de decir que no y ella insistía.

— te dije que n-

— voy por ti a las cinco y media si no sales de tu casa entonces entraré —. Sana se dio por vencida al ver como Tzuyu salía tranquilamente y la dejaba en una rara posición en el suelo en dirección a la puerta, una chica pasó frente a ella y las miró raro, tanto a Tzuyu que ya estaba en medio de la cancha como a Sana.

— ¿Qué ves idiota? —. Se acomodó e hizo un ademán como si iba a golpearla, de más está decir que la chica de cabellos rojizos salió disparada sin ver hacia atrás, sabía muy bien que no debía meterse con Sana, era una muerte segura sobre todo si se llegaba a enterar Momo.

Esa chica tenía la fama de golpear tan fuerte que hizo con una de las tantas conquistas de Sana fuera a la enfermería en más de una ocasión el mismo día.

princess ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂Where stories live. Discover now