Cambiaré Su Destino //EVAN MERCER (OC) EN KUROINU// (EN CORRECCIÓN)

Capítulo 4: De frente al enemigo / Bienvenidos a Feoh

Olga entonces caminó hacia el buró al otro lado de su cama, y desvaneciendo un sello mágico de seguridad puesto en el cajón principal, la morena sacó de su interior un antiguo libro polvoriento, libro que jamás creyó que volvería a tener la necesidad de leerlo: era el mismo libro que le pidió a su madre leer cuando esta aún era una niña.

- ¿Qué es ese libro, mi reina? -La mestiza elfo/humano preguntó confundida-

- Este es el libro que tiene las respuestas que me pides -Le respondió volviendo a tomar asiento al costado de su cama, invitando a Chloe esta vez a sentarse a su lado- Ven y siéntate, Chloe... Déjame contarte una historia de cuando yo era una niña.

Con cierta preocupación por el tono de voz empleado por su Reina, la rubia morena asintió a su petición y se sentó al lado de Olga, observando como esta abría el libro y rebuscaba entre las desteñidas hojas hasta llegar a un capítulo en específico: el capítulo número 20.

--El libro le fue entregado a Chloe, y con algo de desconcierto, leyó por instinto en voz alta- Capítulo 20: Abaddon, El cazador de almas... Un momento. ¿Qué no es ese el nombre de-?

- Puedes empezar a leer, Chloe -Habló Olga de forma simple, pero a su vez con seriedad-

Tragando saliva duro, la mestiza asintió con rapidez y empezó su lectura. En un inicio estaba confundida de cómo le ayudaría esto a entender el comportamiento de su Reina, pero poco sería el tiempo que se quedaría con sus dudas.

A medida que avanzaba su lectura, su mirada y expresión facial pasó de la incógnita a la intriga, de la intriga al asombro, el asombro se convirtió en nervios, los nervios en temor, y finalmente, el temor escaló hasta expresar un sincero terror y shock plasmado en su rostro. Chloe jamás había escuchado en su vida acerca de algún ente que transmitiera tanto temor por la muerte y el caos que pudiera ocasionar como lo había sentido ahora con el demonio registrado en ese libro. Un espíritu maligno que dirigía a millones de demonios, el angel caído que encadenó al mismo rey demonio en las profundidades del abismo, y que prometía volver para desatar la destrucción en las naciones: todo esto y más representado en un ya mencionado nombre.

- Abaddon... -Fueron las primeras pero apenas audibles palabras que salieron de los labios pálidos de Chloe- P-Pero ese nombre... Mi Reina, n-no estará pensando en realidad que...

Olga suspiró con pesar antes de poder responderle.

- ¿Entiendes ahora el porqué debemos ser cautelosas con lo que hacemos ahora?... Chloe, tú misma escuchaste cómo ese tipo lo llamó, no puede ser solamente una coincidencia.

- ¿Y-Y si escuchamos mal? ¡Tiene que haber una explicación majestad! Ése sujeto no puede ser el demonio que este libro describe, es decir, ¡Tan sólo mírelo!

En otro tipo de circunstancias, Olga tendría el mismo pensar que su protegida desde un inicio; el muchacho de antes estaba lejos de ser intimidante después de todo, sin embargo, Olga poseía una perspectiva muy distinta a Chloe en cuanto a las personas. Ella podía sentir el aura que emanaba un individuo con un poder significativo, y el joven pelinegro despertó dos alertas en ella, la primera fue que él fue capaz de ocultar bien su presencia real delante de ella sin problemas, algo muy difícil de hacer de por sí aún para un hechicero avanzado, y la segunda alerta, fue que cuando al fin se reveló por quien era, Olga logró sentir su aura, y lo que la reina elfo sintió en él, fue una espesa, vacía y abrumadora oscuridad que de tan sólo recordarla, le daban ganas de llorar.