𝙵𝚞𝚌𝚔

226 9 2
                                    

Quien se entrega a las pasiones, labra por sí mismo sus prisiones.

Y su valentía, murió.

—Yo puedo, yo puedo, no pasará nada, solo beber una copa y esperar sentado— repetía cual mantra para tranquilizar su alma inquieta— ¿Si insisten, que haré? Oh es tan simple ¡El máximo serán tres copas! ¡No más, Alcides! ¡No más! No más, no más, no más— pero cuanto más quería remarcar su plan, la mente paranoica sobrepasaba y mostraba mínimo 10 escenarios donde irse de parranda al bar con sus amigos terminaba desde terminar en prisión por alguna infracción, hasta estar todos tendidos en una habitación con el corte más asqueroso que se pueda ver en la zona del riñón— ¿Alo, Castor? Creo que no podré ir

—¡¿Qué?! ¡¿Estás bien, Alcides!? ¿Estás enfermo?

—¡N-no! S-solo que no …

—¡Esta bien, Alcides! Sé que no eres mucho de fiestas, ¡pero no tienes porqué avergonzarte! Yo tampoco sé esas cosas, tú lo sabes bien. Aún así, acepte ir porque no quería dejarte solo

—Ah, sí, lo sé— realmente no es que fuera a desición propia. Ares y sus amigos estuvieron de más insistentes con una persona que era incapaz a negarse, con solo decir que se ofrecieron a cubrir los gastos (pues tenían planeado un lugar exclusivo muy famoso entre los más jóvenes) terminó por aceptar en el intento desesperado de no sonar descortés y no verse como alguien egocéntrico que quiere que le rueguen— lamento llamarte por estas pequeñeces, pasaré contigo con los chicos

Escaleras abajo, Alcides sigue teniendo esa sensación amarga, inquietante.

—¿Ya vienen a recogerte?— su madre lo mira por encima del hombro unos segundos, mientras removía su ensalada de frutas recién preparada— ¿Cariño?

—Sí, deben llegar en unos minutos— responde estúpidamente apenado—

—¿Que pasa?

—Es que, yo, osea, no quiero que pienses mal, mamá ¡Te juro que solo estaremos entre amigos!— grita con ojos cerrados, sintiendo manos sudorosas y garganta seca—

—Ay, mi amor. No sientas tanta presión— le susurra con dulzura, acercándose para posar una reconfortante mano en su sonrojada mejilla— yo también fui joven una vez, sé lo que puede pasar. Sin embargo, yo confío mucho en ti y sé que cualquier cosa, lo harás con cuidado

Alcmena ofrece una uva, sonriendo por la vergüenza de su pequeño, pero sintiéndose afortunada de ser madre de un hombre tan educado y apegado a los buenos valores.

—No me esperes despierta, ¿esta bien?— acomodándose su chaqueta, mira insistente a la mujer quien niega tranquila—

—Solo Morfeo podrá vencerme cuando espere tu regreso— despide con tenedor en mano, riendo por el manojo de nervios que era su principito— Cuídate, cariño

Al cerrar, esa distancia entre la puerta de su casa hasta el lujoso auto último modelo de colección europea excéntrica ... parecía ser un puente atravesando gigantesco abismo, sintió que estaba caminando chueco y era la razón por aquellas risitas nada disimuladas de los ocupantes. O simplemente divaga otra vez desde su negada baja autoestima.

—¡Buenas Alcides!— mas todos saludaron contentos, algunos agradeciendo que haya aceptado, incluyéndolo casi de inmediato en la conversación— ¡Apura, Ares! ¡Que mi amigo pronto cambiará de turno! Nuestro descuento se nos va y aún nos falta Castor

Quiso decirles que no había prisa, pero para eso ya le había dado tres ataques al corazón cuando su amigo aceleró apenas vio el semáforo en verde, era tanta la velocidad que sentía su propia cara ser golpeada por los fríos vientos del atardecer sin piedad, escuchando risas y música pop a todo volumen.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 24 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

𝐀𝐃𝐕𝐄𝐍𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐎𝐃𝐒Where stories live. Discover now