capítulo uno

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Beomgyu siempre detestó el alcohol.

Podría mentir y decir que odiaba el alcohol por su olor, por su sabor y por los efectos secundarios que causaba en las personas.

La única verdad es que el alcohol no era el culpable. El alcohol estaba bien. Él no. El increíble cuerpo de un alfa podría aguantar toneladas de bebida embriagante sin, indiscutiblemente, embriagarse.

Beomgyu probó su primer trago cuando era un adolescente. Se emborrachó. Pensó estúpidamente que era gracias a su inexperiencia, con el tiempo seguro que aguantaría mejor. O incluso ni tendría que aguantar.

Estaba casi convencido, hasta que nunca pasó. Cualquier paso de alcohol por su sistema terminaba embrigándolo hasta el punto en donde no tenía retorno.

Como lo haría un omega.

Por eso mejor no tomaba alcohol.

—¿Estás seguro que no quieres venir conmigo?—preguntó Taehyun.

Taehyun era una de esas pocas personas que conocían su secreto. Un secreto que nadie debería saber. Nadie debería conocer.

—Sí, sabes que no me gustan las fiestas.

Beomgyu decía la verdad, las fiestas no eran especialmente agradables. Las fragancias dulces y fuertes se mezclaban, pero Beomgyu se veía más atraído por los alfas altos e incluso por la gran mayoría de betas que no podrían reconocer en él un alfa.

Como si no fuera lo bastante malo en serlo.

—¿Aún no consigues a nadie?—cuestionó Taehyun.

La pregunta surgió de la nada, las mejillas de Beomgyu tomaron color. Taehyun tuvo una pequeña sonrisa.

—No, sabes que es complicado—, respondió, intentando no indagar mucho—. No es fácil acercarme a alguien de esa forma—, jugó con sus dedos sobre la mesa—. Y no me gustan los omegas.

Los omegas eran un no rotundo. Quizás era envidia interiorizada. Quizás era odio, no lo sabía con exactitud. A veces cuando ansias ser algo lo terminas detestando.

—Beomgyu...—Taehyun se acercó para colocar sus manos sobre las contrarias—. Sabes que no soy del todo ajeno a ti.

Beomgyu sonrió suavemente, alejando sus manos. Negó con su cabeza, Taehyun observó con una sonrisa los mechones alborotados de cabello removerse.

—Lo siento—. Miró con cariño a Taehyun.

Taehyun asintió.

—Bien—aceptó, con la misma sonrisa—. Entonces, acompáñame esta noche—.

Beomgyu negó nuevamente. Taehyun se rió.

—Está bien querer estar solo y esconderse del mundo—, Taehyun caminó hasta donde se encontraba su abrigo—. Pero, también está bien salir—, devolvió su mirada a Beomgyu—. Deberías distraerte, y quién sabe, probablemente encuentres a alguien.

Beomgyu tragó saliva, con sus mejillas cándidas. No es que necesitara encontrar a alguien, a un alfa o un beta. No lo necesitaba. Solo las veces que sus juguetes se volvían insuficientes.

Negó nuevamente, con una sonrisa tímida.

—Oh, Dios, Beomgyu—. Exclamó Taehyun—. Definitivamente, mi hermana es una omega casada y con hijos, y aún así compra esos juguetes que tienes en tu habitación—, se acercó hasta estirar una mano a Beomgyu—. Hazme el favor a mí de acompañarme.

Tomó la mano de Beomgyu con fuerza y lo encaminó fuera.

El estómago de Beomgyu estaba un poco revuelto, en el auto, en la entrada del bar, en las sillas del bar, mientras el camarero anotaba su pedido e incluso cuando Taehyun intentó hablar con él.

the type of alpha ○ yeongyuWhere stories live. Discover now