Capítulo IX: Somebody to love

Începe de la început
                                    

-No te preocupes, luego me invitas a un té verde, ¿sí? ¿Vamos a King club más tarde?

-Genial, lo llevaste a King club -dice Jonnathan mientras ve entrar a Priscilla.

-¡Así que eso estuviste haciendo todo el sábado! -Venía jadeando, y roja, como si hubiese corrido un maratón-. Eso explica por qué te despertaste hasta medio día a la mañana siguiente.

Ahora que lo pienso me sorprende que Victoria haya llegado tan temprano hoy.

-No es para tanto -respondió Victoria. Ella es súper despreocupada para algunas cosas.

-¿No es para tanto, dices? ¿Acaso no te has asomado por la ventana?

Yo tampoco había visto hacia afuera, son al menos cuatro o cinco chicas con una carta en sus manos. Me están viendo intensamente, querían que yo saliera, al parecer.

-No puedes esperar que llegue un chico con fama de ser un genio musical, que además tiene la apariencia de un Noldor y que no cause revuelo, sobre todo entre las chicas de primer año.

¿Noldor?

-Voy a fingir que entendí eso y lo consideraré un halago -digo, volviendo a borrar el pentagrama.

-Lo fue -responden ambas chicas al la vez.

-Bueno, no se preocupen por ellas, ignórenlas, se rendirán tarde o temprano -digo mientras oigo la campana sonar.

Cerré el pentagrama y abrí mi cuaderno de matemáticas

-¿Eso es algo frío, no crees? -Priscilla me ve con algo de severidad, Vic solo sonríe como diciendo: "no esperaba menos de él".

-Prefiero eso a darles viaje diciendo que voy a responderles y luego decirles que no me interesan -afirmo mientras entra la profesora.

-Sebastian, te buscan allá afuera -dice la profesora algo abochornada.

-Tendrán que marcharse tarde o temprano -respondo sin quitar los ojos del cuaderno de matemáticas ahora.

-Vaya, eso es bastante frío... pero bueno empecemos la clase, tengo que hacerte el examen de diagnóstico, así que quédate después de clases por favor.

Así transcurrió la clase, Victoria se veía nerviosa por las chicas de afuera, se quedaron afuera toda la clase. Siendo sincero todo el salón se puso nervioso. Las chicas cuchicheaban entre risitas detrás de la pared del salón. Incluso la profesora se desesperó.

-¡Por el amor a Dios ya diles algo! -exclama molesta la profesora volteándo a verme.

-A ver, yo soluciono esto -interviene Priscilla poniéndose de pie ya harta.

Camina hacia la puerta, asoma la cabeza y susurra algo que no entiendo. Una a una las chicas caminan por el pasillo cabizbajas, algunas con lágrimas en los ojos.

-¿Qué demonios les dijiste? -Victoria estaba asombradísima-. ¡Una de esas niñas estaba llorando!

-No te incumbe, al menos no por ahora. Presta atención a la clase por favor.

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