Encuentro

247 13 20
                                    

El día había empezado perfectamente para Charlotte; una pintura estaba en proceso. Se podía decir que el ánimo de la joven había mejorado considerablemente. Fue entonces cuando el destino quiso hacerle una mala jugada, tal vez le divertía ver a Charlotte enojada o triste, o tal vez sólo quería jugar un rato con las emociones de las personas; como sea. Adrien había decidido visitar la casa de los Rowling.

-Señorita Charlotte.― llamó Marie a la puerta. La chica no se molesto en volver a verla. Estaba ocupada pintando. ―Señorita Charlotte, mi intención no es molestarla, sé que tiene mejores cosas que hacer que escucharme, pero el señor Rickford está aquí y sus padres no están para recibirlo. ― dijo Marie está vez con la mirada baja. Charlotte dejó su pincel a un lado y observó unos segundos a Marie.

― ¿El señor Rickford?- preguntó la joven de cabellera roja. Marie volvió a ver a Charlotte y asintió. ― ¿Que hace él aquí?

―Mi señora, no tengo la más remota idea. Pero alguien de la familia debe recibirlo. Sus padres no están, y considero razonable que usted, que es su prometida, vaya y lo reciba. No quiero sonar mandona, ni quiero que tomé mi sugerencia como una indicación o una orden; sólo no quiero que me echen sólo por no acatar órdenes y no recibir a su prometido como se debe. ― Respondió Marie con las manos juntas y su cabeza ligeramente baja. Charlotte dedico una pequeña sonrisa a Marie, se puso de pie y se acerco a la mucama.

―Gracias por el aviso Marie. ― dijo una vez cerca de la mucama, luego de poner su mano en el hombro de Marie. ― Lleva al señor Rickford al estudio de papá. Dile que en unos momentos lo atenderé― Dijo con una sonrisa. Marie asintió y salió del lugar casi corriendo.

Charlotte puso una tela en el lienzo, lavo sus manos que estaban con algunas manchas de pintura, para luego dirigirse a su cuarto; se quitó el vestido y se puso otro de un color violeta, dejó su pelo completamente suelto. Al estar lista Charlotte bajó las escaleras y se dirigió al estudio. Antes de entrar observó que la puerta estaba medio abierta, así que decidió observar. Ahí estaba Adrien de pie con una mano en la espalda y otra en el pecho, Marie estaba sirviendo el té.

―Señor Rickford. ―Dijo Charlotte al entrar. Adrien se dio la vuelta para ver a su prometida. ― Marie ya puedes irte. ― dijo Charlotte con una sonrisa cálida a la mucama. Marie asintió y se dirigió a la puerta.

―Sí se acaba el té, no dude en llamar para servirles más. ―dijo Marie.

―Tranquila Marie, puedo servir el té yo misma, no te preocupes por nosotros, descansa, creo que has hecho demasiado por hoy. ― Indicó Charlotte. Marie sonrió. Cuando no estaban los señores Rowling, siempre descansaba más de lo que debía gracias a Charlotte. Saber que pronto se casaría, era algo que la tenía preocupada, porque sabía que Charlotte no amaba al señor Rickford, sabía que la joven estaba triste por tal acontecimiento. Y porque en cierta parte iba a perder a una amiga.

―Señor Rickford. ¿A que acontece tan grata visita? ― le costó mostrar tan buenos modales frente a tal hombre. ― Me siento realmente apenada, pero mi padre no se encuentra el día de hoy. ―

Adrien se limitó a sonreír, bajó la cabeza y luego la levanto levemente. ― No he venido a hablar con su padre. ―

―Lo siento, mi madre tampoco está. ― Dijo Charlotte sin darle tiempo a Rickford de seguir hablando.

―No he venido a visitar a sus padres. ¿Podría dejar de ser tan imprudente y dejarme hablar? ― Contesto, Charlotte seguía sin entender. ― He venido a hablar con usted.

Charlotte al escucharlo quedó paralizada, su rostro carecía de emoción alguna, tales palabras habían sido tomadas por sorpresa; así que luego de unos segundos, con su cabeza le ofreció al señor Rickford que se sentara en una de las sillas del estudio, ella sin embargo decidió sentarse en el sillón.

ForzadaWhere stories live. Discover now