𝐂𝐀𝐏𝐢̀𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐀𝐓𝐎𝐑𝐂𝐄.

5.1K 388 142
                                    

Narrador Sanzu:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrador Sanzu:

Que hombre que no sabe disimular, por Dios.

Pensé. Ran se estaba muriendo de celos pero ni si quiera se preocupaba o tenía la mínima intención de disimular.

—¿Te quedarás todo el día allí parado viéndonos o vendrás a sentarte también?.— Tomé a ___ con delicadeza de su abdomen para colocarla a un lado y poder yo sentarme bien.

—Mmh...— Se quejó al mismo tiempo que se movía y quedaba dormida de vuelta al instante.

Me le quedé mirando unos breves segundos con los hechos que habían ocurrido hoy en la mañana con ella en su habitación, pues gracias a que Rindou anoche le dijo aquello —cosa que es cierta— ___ de verdad pensó que yo cuando quisiera y pudiera le haría algo.

—Rindou después necesito hablar contigo.— Le dirije la palabra.

—¿Para que o que?.—

—Para hablar, o que, acaso no oíste? Sordo.—

Estábamos a nada de comenzar una pelea allí mismo, pero como ni el jefe ni Valeria se encontraban con nosotros en este momento, no me importaba.

—Y si es solo para "hablar"— Hizo comillas con sus dedos. —, ¿porqué no lo hablamos aquí?.—

—Si es lo quieres.— Me acomodé aún mejor en mi lugar. —¿Qué es lo que has dicho a ___ anoche?.—

—¿Porqué tanto enfado en tu voz? Si después de todo es verdad. Tanto tú como mi hermano se acuestan con menores.—

—Aver si entiendo, le has dicho a ___ que yo tengo sexo con menores?.— Se integró Ran a la charla de nosotros dos.

—Si, ¿y qué? ¿Qué te molesta tanto? Porque el que tu no lo quieras aceptar para no dañar tu reputación más de lo que ya está no es mi problema.—

—Rindou, no digas cosas de las que después te vayas a arrepentir, además, no es un tema de conversación que pueda hablarse ahora. ___ esta aquí.— Ran volteó a verla de reojo.

—Pero esta dormida, dudo que nos escuche.— Se levantó y caminó hacia las escaleras. —Si quieren tener sexo con alguna puta háganlo, pero que al menos tenga ya la mayoría de edad, idiotas.— Subió las escaleras yéndose a su habitación.

Como sea lo Ignoré y volteé a mirar a Ran quién se levantó también de su lugar comenzando a caminar hacia la puerta.

—¿A dónde vas?.— Le pregunté.

𝐀 𝐓𝐔𝐒 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎. | 𝐑𝐀𝐍 𝐇𝐀𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora