𝐂𝐀𝐏𝐢́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒.

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Llegamos a casa, y tan rápido como lo hicimos corrí donde mamá para darle un abrazo que rápidamente ella aceptó gustosa

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Llegamos a casa, y tan rápido como lo hicimos corrí donde mamá para darle un abrazo que rápidamente ella aceptó gustosa. Nos separamos a los segundos y ella volteó su mirada —que antes estaba en mi— ahora donde Ran se encontraba sentado.

—Uh... Ran... ¿Qué hacías tú con mi hija?— Me puso su mano en mi hombro e hizo que me pusiera a un lado de ella. Para esto yo estaba tenza, con nervios al recordar lo que había sucedido minutos atrás entre el y yo, que por lo tanto si mi madre o padre se llegaban a enterar el estaría tres metros bajo tierra.

—Tranquilízate Valeria— Le respondió. —Solo me la encontré por donde estaba caminando y nos vinimos los dos juntos, nada más— Mamá soltó un suspiro pesado y volteó a verme a mí, como esperando respuesta de mi parte, cosa que le hiba a dar pero sacando "ese" echo.

—Así es mamá— Sonreí. —Cuando me despedí de Elizabeth y salí de su casa me encontré con Ran, por eso es que nos vinimos juntos. No tienes de que preocuparte— Volví a sonreír mientras me colocaba frente a ella.

—Eso... Eso me deja más tranquila— Dijo. —Bueno, dejando ese echo de lado, ¿tienes hambre?— Asentí.

—¿Tal vez y pedimos un Delivery?— Le miré buscando alguna respuesta por su parte, pero esta vez solo se limitó a voltear y ver a papá.

—Me parece bien, ¿que te gustaría que pidieramos ___?— Me preguntó el.

—Pizza— Respondí.

—Pizza será entonces— Dijo papá mientras sacaba su celular del bolsillo y comencaba a marcar el número de la Pizzería para segundos después pedir el pedido. —En unos minutos estará lista— Nos miró a mi mamá.

—Esta bien cariño, gracias— Mamá se acercó a papá y depositó un beso en los labios de él. —Por cierto ___— Se acercó nuevamente a mí. —Después de comer te me vas a dormir ¿entendido?—

—¡Pero mamá!... ¡Aún es temprano!— Protesté.

—Si, lo sé, pero mañana tienes colegio, y como soy tu madre y te conozco estoy completamente segura que si te dejo que te quedes despierta hasta la hora que tu quieras mañana me harás renegar para levantarte, tal y como lo haces todos los días que te tienes que levantar temprano— Sonrió y con sus dedo dió un leve golpesito en mi nariz.

—Esta bien, esta bien, no hace falta que me avergüences tal cuál mamá— Dije escuchando las risas de los demás. —Como sea— Saqué mi celular del bolsillo y me fuí a sentar a un lado de mi tío Sanzu mientras reposaba mi cabeza en su hombro. —¿No le molesta, cierto tío Sanzu?— Le miré de reojo y el negó. Definitivamente el mejor tío que puedo tener.

𝐀 𝐓𝐔𝐒 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎. | 𝐑𝐀𝐍 𝐇𝐀𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora