extra: primer beso (dos meses).

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Guillermo sentía que era la persona más feliz del mundo.

Todos los días era recibido por un par de pequeñas manos que rodeaban su cuerpo, hermosos ojos que lo miraban con cariño y una dulce voz que decía su nombre.

"¡Buenos días Guille".

Así comenzaban sus mañanas desde el primer día en que él y Lionel se hicieron novios.

Había convencido al argentino para encontrarse camino a la preparatoria. Sus casas quedaban un poco lejos, pero por suerte sus caminos se cruzaban a un par de cuadras, sin embargo, la distancia no era un problema, Guillermo estaba dispuesto a caminar cientos de kilómetros con tal de ver a su novio en las mañanas y pasar algo de tiempo juntos.

Pero parecía que no era suficiente.

Estando con Lionel el tiempo pasaba volando y en un parpadeo cumplieron un mes de novios. Su relación era tierna, divertida y un mar de nuevas emociones. Y como en todo primer amor, se estaban descubriendo a sí mismos en los ojos del otro.

Era más de lo que Guillermo hubiera podido imaginar, pero había algo que ocultaba y en el fondo lo afligía. Y es que en todo ese tiempo, aún no habían tenido su primer beso.

Tomarse de la mano, besos en la frente y abrazos eran cosa de todos los días, y recordaba con ternura lo rojo que se puso el rostro de su pequeño novio cuando lo besó por primera vez en la mejilla.

Los abrazos eran la muestra de afecto favorita de Lionel, se sentía seguro en los brazos del rizado mientras se acurrucaba en su pecho y respiraba su refrescante aroma. Tardó un par de días en acostumbrarse a caminar juntos de la mano, lo mismo con los besos en la frente y las mejillas. Aún se sonrojaba, pero se sentía feliz con el cariño que su novio le ofrecía.

Lionel podía recibir las muestras de afecto, pero ser él quien las diera era diferente. Aparte de los abrazos y sujetar sus manos, no parecía querer hacer nada más.

Guillermo era comprensivo y esperaría el tiempo que fuera necesario hasta que Lionel se sintiera listo para demostrarle su afecto, y tenía muchas ganas de que llegara ese día.

Los labios del argentino eran delgados, de un ligero color rosado y se veían muy suaves. Cada sonrisa en esa pequeña boca lo incitaba a besarlo, pero no quería ser un pendejo y presionar a su novio, pues sabía que Lionel nunca había tenido pareja, y la verdad es que él tampoco había estado en una relación, pero eso no le impidió besar a alguien.

Su primer beso fue poco memorable, ni siquiera lo recordaba con claridad, sólo se dejó llevar por el momento con esa persona y al final se sintió decepcionado, pensando que tal vez había idealizado demasiado lo que era dar un beso.

Pero ahora las cosas eran diferentes, estaba enamorado y quería compartir ese contacto con la persona que era dueña de su corazón. Esperaba que se diera de forma natural, que fuera espontáneo y significativo para ambos, pero ya estaban iniciando su segundo mes y no había ningún rastro de que el menor quisiera besarlo.

"Tal vez sólo no le gustan los besos".

Guillermo pensó, pateando una pequeña piedra en el suelo.

Las clases habían terminado y estaba esperando a su novio en la entrada para poder caminar juntos a casa. Una sonrisa boba se formó en sus labios al pensar en Lionel. Desde que llegó a su vida, los días tenían un nuevo sentido, parecía que todo su mundo giraba en torno a su novio. Iban juntos a la preparatoria, estaban juntos en sus horas libres, caminaban juntos a casa y en la tarde hablaban por teléfono o videollamada.

Se sintió un poco avergonzado, sabiendo que estaba siendo un maldito empalagoso, temía que Lionel se sintiera abrumado por su cariño y se disculpó por eso, pero su novio le sonrió, mostrándole una de sus libretas llena de dibujos de ellos y sus nombres escritos rodeados por un montón de corazones.

Un golpe de suerte || Ochoa x Messi [Short-fic]Where stories live. Discover now