Prólogo

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—Conque la trigésimo quinta, ¿eh Linlin? —Una mujer, alta, con una capa que cubría toda su cara se apareció ante la emperatriz pirata, Big Mom.

—¿Quién eres tú? —preguntó la emperatriz, que sujetaba a una niña entre sus brazos.

—¡Oh, es verdad! Mis disculpas por no presentarme —en el rostro de la mujer, sus labios se curvaban para hacer una sonrisa ladina—. Soy Madame Lafond, llevo un atelier en el Grand line, y en mis tiempos libres, soy una bruja.

—Menos jueguecitos, hechicera de tres al cuarto. ¿A qué has venido? —preguntó la emperatriz frunciendo el ceño, revelando las arrugas de su frente por la edad.

—A cobrar una deuda. —señaló a la bebé que tenía entre sus brazos—. La deuda del padre de esa criatura.

—¿Hablas de Narciso? ¿Qué hizo ese patán? —Linlin alzó las cejas, sorprendida.

—Me pidió un hechizo para volverse el hombre más bello del mundo y cuando le iba a cobrar la deuda huyó como un conejo. Sin embargo, cuando escuché la noticia de que había contraído matrimonio contigo por fin supe de su paradero, y vengo a a cobrar su parte del trato.

—Pues lo siento brujita, pero está muerto. Lo maté yo con mis propias manos al oponerse a despedirse de su hija —los labios de la emperatriz se tornaron en una sonrisa sádica.

—Vaya... Pues alguien tiene que cobrar. —dijo la bruja, como si nada.

Ambas miraron a la bebé, que miraba a su alrededor como si nada tuviese que ver con ella.

—Con tu permiso, lo voy a cobrar con ella —la bruja sonrió y la señaló de nuevo.

—De acuerdo, pero, ¿Qué le vas a hacer? —la madre le tendió el bebé a la bruja.

—La niña crecerá y se convertirá en una bella joven, pero entre el ocaso y el amanecer, y en los momentos en que sus emociones sean fuertes, un monstruo horrendo se dejara ver; Su piel se tornará en escamas de pez, sus piernas en patas de pato, sus manos en zarpas de oso, y a eso, se le sumarán unos grandes cuernos y una tupida cola. —mientras decía todo eso, hacía movimientos con las manos por encima de la bebé mientras la madre observaba.

—Pero, ¡No puedes hacerle eso! ¿De qué sirve ser una mujer bellísima si luego en realidad es un monstruo? —el semblante de Linlin cambió al escuchar lo que le iba a pasar a su hija.

—Y no solo eso —la bruja dejó escapar una risita—, además, si planeas casarla, en la noche de bodas... —sonrió con malicia.

—¡Qué horror! ¡Los maridos huirán despavoridos! —Big Mom se llevó las manos a la cara, horrorizada.

—¡Exacto! —la aguda risa de la bruja resonó por las paredes de la habitación.

—¿Y no hay una manera de romper el hechizo? —Linlin comenzaba a desesperarse.

—¿Has leído alguna vez ese cuento para niños en el que hay una bestia, Linlin?

—¡La que hace aquí las preguntas soy yo! —su rostro comenzaba a enrojecerse. ¿Cómo se atrevía una maga de pacotilla a vacilarle de esa manera?

—Responde, Linlin, y te diré lo que quieres saber. —dijo ella con una sonrisa.

—Sí, he leído cuentos para niños ¿Qué demonios tiene que ver eso?

—¿Te acuerdas de la manera en la que la bestia se volvía a convertir en un humano?

—Con amor... verdadero... —susurró la pirata, horrorizada—, ¡Pero eso es imposible, jamás, ningún hombre la amará con ese aspecto!

—Lo siento Linlin, no haber matado a Narciso —La bruja encogió los hombros—. Bueno, me despido, que tengo encargos de vestidos, ¡hasta pronto! —después de devolverle a su hija, se esfumó, dejando a la emperatriz y a la bebé solas de nuevo en aquella habitación.

La pirata miró a su hija con detenimiento. Todo estaba en perfecto estado, la niña seguía siendo hermosa, a priori, no tenía ninguna maldición.

¿Sería cierto lo que decía?

Linlin trato de recordar que había dicho la bruja.

—Entre el ocaso y el amanecer, y cuando sus emociones sean fuertes... —susurró.

Pobre de ella, su mejor baza para aliar alguna familia con la suya, ¡y así acababa! ¡Siendo un monstruo! Sus posibilidades de contraer matrimonio ahora eran de 0.

Big Mom miró por la ventana, la luz de la la luna comenzaba a asomar por el cristal y entraba en la habitación. Vio como la niña de repente era iluminada por ella, y vio lentamente como se transformaba; era exactamente como la bruja había dicho; escamas de pez por toda la piel, patas de pato, garras afiladas como las de un oso, cola y unos cuernos que ahora eran pequeños, pero que probablemente crecerían y se volverían terriblemente grandes. Y no solo eso; unos dientes comenzaban a asomarse por fuera de su boca, cosa que la bruja no había mencionado.

La madre soltó un grito, escandalizada. Realmente era horrible. ¡Jamás nadie iba a amarla así! Era una vergüenza.

Sin embargo, no iba a darse por vencida. La educaría de tal forma que tuviese cuidado con su aspecto, y trataría de casarla con alguien, aunque todos huyesen despavoridos.

—¡Amor verdadero! ¡Eso no existe! ¡Jamás se librará de la maldición! —dijo mientras miraba el horrible aspecto de su hija.

La niña abrió sus ojos mieles. Al menos, había conservado esos bonitos ojos, que miraban a su madre sin ser consciente de cómo se veía ahora mismo.



La canción me recordaba bastante a la maldición de la prota, aunque en sí la historia no tiene nada que ver JAJAJAJ

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La canción me recordaba bastante a la maldición de la prota, aunque en sí la historia no tiene nada que ver JAJAJAJ. Eh, pero temazo de Mecano. Igual hago una playlist y todo cuando haya publicado más capítulos... 

El corazón de un monstruo (Sanji x Lectora) [PAUSADA]Where stories live. Discover now