¿Amor? No, gracias.

8.

Ashley.

Me quedo sin habla, sin saber que hacer. Trato de abrir la puerta pero tiene seguro.

- ¿Ibas a tirarte, cariño? - ríe.- No es una muy buena idea.

Y escucho una leve risa.

- Por favor, quiero ir a mi casa.

Digo con un nudo en la garganta difícil de tragar.

- Y yo te quiero llevar a mi cama.

Suelta la palanca de cambios y se estira hasta una caja de madera y saca un CD y lo mete en el estero, por un momento pensé que iba a tocarme la pierna o hacer quien sabe que.

La música no logro bajar la tensión que había en este pequeño auto, mi cabeza esta pegada a la ventanilla mirando la luna y pensando en que clase de problema me metí.

Una lágrima cae por mi mejilla y la limpio rápidamente.

- ¿Acaso estas llorando, muñeca?

Habla y me agarra del mentón bruscamente para mirarlo a la cara. Trato de safarme de su agarre pero lo hace mas fuerte, me suelta para parar el auto y se abalanza encima mio.

Asustada y con lágrimas en toda mi cara, comienzo a patalear y hacerme hacia adelante para sacarmelo de encima pero el me agarra por los hombros y los pega contra el respando del asiento. Levanto mi rodilla y le doy en su entrepierna y logro hacerlo hacia un costado y salgo por la puerta del piloto.

Comienzo a correr y a correr y puedo sentir que el viene atrás mio. Recuerdo mis clases de gimnasia en el instituto y tomo aire, corro todo lo que puedo.

Dejo de escuchar sus pisadas rápidas atrás mio, no me atraevo a ver si sigue ahí o no. Escucho que enciende el motor de su auto y ya me estaba preparando para el impacto.

Paro en seco y cierro mis párpados con fuerza, apretando mis manos hechos puños al los costados de mi cuerpo con los hombros alzados.

Nada.

El ruido del motor se va disminuyendo hasta ya no escuchar. Suspiro pesadamente y dejo caer mis hombros.

Sin perder el tiempo sigo corriendo. Lágrimas seguían cayendo por mi, ahora, rojizo rostro. A pesar de que la noche este fresca yo tenia una leve capa de sudor y con la respiración irregular.

***

No se por cuanto tiempo estuve corriendo pero necesitaba descanzar, me siento en el frío semento de la calle y me acuesto en posición fetal. Me sentía un bebe, llorando por su madre.

Mis párpados comienzan a pesar y mi vista se nubla quedándome completamente dormida.