La droga que me llama

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Ven a mí y olvídate del mundo
el resto no importa , concéntrate en esto.
Me implora, mi amada adicción,
la perdición de mis ojos
la sensación de mis más puros
sentimientos ajenos.

Me llama de noche, si la luna es llena
susurra de día si la pena me asecha.

La droga que me llama
la adicción que me encadena
tal vez haya adivinado mi soledad serena.

La calma inquieta
de un corazón que siente
adicto a la emoción
que busca imprudente.

No te acerques a aquello
que anhelas con deseo
pues el dolor de perderlo
es peor que la gracia de conseguirlo.

Mi dulce anhelo que de lejos siento
será alguna vez el día que a mi lado te encuentre?

La droga que me llama
es el amor que deseo
una ilusión serena
que me mantiene en la espera,
pues nunca sé si las cualidades poseo
para caminar por ese rumbo
el que mi corazón presiente
que me hará sonriente
al finalizar la espera.

La droga que me llama
es como la luz del sol en un día helado
te colma de sensaciones
contrapuestas entre sí
incertidumbres certeras
de que cuando llegue la lluvia
no dejarán rastro de su noble compañía
y será esa la ruina de un amable corazón.

Poesía rosada para días azulesWhere stories live. Discover now