—¿Tenemos que hacer algo en un futuro así como en nuestro pasado lo hicieron? Porque yo ni loco quiero pelear a muerte para obtener el mandato de todos. No quiero ni imaginarme lo cruel que eso puede ser para todos aquellos que luchan de forma inocente solo para seguir con el plan de su familia. ¿No crees que es muy injusto?

—Verás, hijo mío, hay veces en la vida en las que hay que actuar sin pensar en lo que estamos haciendo, es instinto de sobrevivencia y lamentablemente para personas como nosotros eso es lo único que nos mantiene vivos. Tenemos que matar para vivir o quedarnos quietos esperando a que nos maten.

—Mami, ¿has dicho matar? ¿Los Doherty matan a personas inocentes?

—No hija, los Doherty son buenos. Si mataron alguna vez en su vida fue a sus enemigos, no querrás conocerlos, son personas diferentes capaces de ser lo que quieran ser.

—¿Así como los Duffy? Ellos pueden convertirse en animales si lo desean.

Asiento.

—Si hija, así como los Duffy. Pero algo que no les he contado es acerca de otra familia que estuvo presente en el duelo, son seres no humanos considerados monstruos. Muchos hemos pensado que ellos no debieron de haberse entrometido con nosotros porque ellos son unas bestias salvajes y nosotros seres humanos. Al ser monstruos no tienen la capacidad de pensar como nosotros y solo buscan matar.

—Pero podrían evolucionar y cambiar eso, ¿cierto mami?

—Saoirse, hablas mucho. Deja que mamá hable y preguntas al final. Ya te lo había dicho antes y no me haces caso, eres irritante.

—Mami, Eoin me está molestando otra vez.

—¿Quieren que les vuelva a contar la historia o quieren una nueva? Hay muchas cosas que contarles, mis pequeños. Los Doherty somos una familia llena de historias asombrosas y con distintos finales.

—Creo que eso no será posible –la lechuza blanca habla asomándose por la ventana, entra a la cocina y se detiene sobre la mesa frente a nosotros–. Lo mejor será no seguir contando esas historias, Doherty.

—Niños, vayan a sus habitación en este momento, las historias han acabado.

—Pero mami, yo quiero saber más sobre todo eso.

—Cómo sea, igual sigo creyendo que todo es inventado y que nada de eso sucedió en el pasado.

—¿Crees que es una mentira? –Pregunta la lechuza–. No los veo asustados al ver a una lechuza hablar. ¿Qué no me tienen miedo?

—¿Miedo? –Río de manera sarcástica–. Mis hijos no le temen a nada o a nadie, los he preparado muy bien para estas cosas que son sabedores de la verdad de nuestra especie. Una simple lechuza hablando no es sinónimo de miedo.

—Cuidado con lo que dices, Doherty, acuérdate que soy capaz de dañarte con tan solo mover una pluma. No me pongas a prueba que no me sé controlar cuando me emociono de más.

—Niños, largo de aquí.

—Está bien mami, nos vemos más tarde.

—Hasta la vista, por favor inventa una mejor historia, de preferencia más creíble.

Los ñinos se dan la vuelta y se largan de la sala, la lechuza se transforma en un hombre y toma asiento al lado mío. Sus manos estaban heladas al momento en que toman mis manos y deja un beso en ellas.

—¿Cómo ha estado todo, Doherty? Es un honor poder verte de nuevo.

—¿Era necesario presentarte en mi casa como un animal? Mis hijos te conocen en tu forma humana, hubiese sido más formal si te hubieses presentado así esta vez.

—No me malinterpretes, los niños son lo más importante en mi vida, pero hay malas noticias y tenía que venir hasta aquí para contarte personalmente.

—¿Qué ha sucedido? Por favor dime que no es nada malo.

—Los Dunne están en un descontrol de poder y muchos de ellos están planeando atacar a nuestros hijos en un futuro. No debemos dejarlos actuar o todo lo que hemos logrado hasta ahora será en vano. Debes huir lo más pronto posible de Adare y de Irlanda. Si es posible viaja hasta América para estar lo más lejos posible de todo esto. No quiero que mis hijos o tú salgan heridos.

—¿Qué tipos de planes tienen? ¿Acaso quieren repetir lo mismo de tiempo atrás? Nadie está listo para otro duelo y tampoco estamos listos para perder a más familias completas. Dudo mucho que las familias que huyeron quieran unirse esta vez, si huyeron fue por algo.

—Por eso mismo he estoy diciendo que debes irte lo más pronto posible de aquí. Busca una nueva vida, empieza desde cero en otro país que no sea este. No lo hagas por ti o por mí, hazlo por nuestros hijos.

—No podemos seguirles ocultando todo esto a los niños, en algún momento necesitarán saber la verdad para saber a lo que se enfrentan. Además, eres su padre y ellos no lo saben, nunca se los hemos dicho.

—Si no lo hemos hecho es para protegerlos de los demás. Al ser una mezcla entre humano y mago es difícil de que sean aceptados en la sociedad.

—¿Vendrás conmigo?

Niega.

—No puedo, pero por favor enséñales a nuestros hijos de lo que son capaces de hacer, cuéntales sobre sus poderes, de que son capaces de convertirse en animales y que tienen más magia de la que creen tener.

—Cuídate mucho.

~ ~ ~ ~ ~

—Mamá, Eoin no quiere abrirme la puerta de su habitación.

—¡Eoin! Abre esa puerta de una buena vez o te juro que te castigaré quitándote algún juguete. Y más te vale que arregles tu cuarto o serán dos.

—Mami, una de mis muñecas no está en mi habitación, ha desparecido y no puedo encontrarla. ¿De casualidad la has visto?

Niego.

Observo la ventana que da hacia el campo y bosque de Adare, la lluvia moja todo en su paso afuera y veo como letras comienzan a aparecer en el espejo.

No has huido como te dije que hicieras.

—No pude –susurro.

Las consecuencias de eso son graves.

—Ya no me importa nada, estoy harta de todo esto y mis hijos estarán preparados para todo lo que se venga.

Espero que me estés diciendo la verdad.

Adare ✔️Where stories live. Discover now