La diavolessa caminó hasta donde estaba y se quedó a unos cuantos metros.

— Me fui con el alma hecha pedazos, pero mi hermana me hizo abrir los ojos. — Dijo dejándome confundida.

— ¿Valentina?— Solté sin pensar.

— No, Milenka. — Me corrigió. — Ella me reprochó que por qué no confiaba en mí esposa y si en un hombre que solo nos había hecho daño.

— Espera, ¿Milenka también reencarnó en esta vida o cómo sea?— Pregunté incrédula, la diavolessa rodó los ojos.

— Ajá, su esposa también. — Contestó con poco interés.

— Pero-

— Pon atención. — Me silencio con mirada severa. — Cuando desconfié y tuve la oportunidad de ir a casa otra vez y arreglar el problema no lo hice, porque me llevaron a un lugar el cual creí era mi muerte.

— ¿Tú muerte?— Vacilé.

— Iba a morir en una explosión, Daniela se quería arriesgar pero si ella no vivía, la vida para mi no tenía sentido, así que junto con mi hermana nos sacrificamos. — Declaró, abrí mi boca sin poder creerlo.

¿La mujer era Superman o alguien que formaba parte de la liga de la justicia?

— A pesar de que Daniela gritaba no me arrepentí. — Soltó con voz agria.

— ¿Y qué pasó? ¿Moriste? ¿Por eso te me apareces?— Solté las preguntas enganchada a la historia.

— No, con Milenka nos dimos cuenta que había un túnel bajo nuestros pies el cual habían tapado con tablas de yeso, con el tiempo en juego y sacando fuerzas de dónde no la teníamos, ambas buscamos la forma de romper el suelo ya que estaba muy débil y viejo. — Relató con la mirada pérdida. — Nos metimos bajo tierra en un hueco en el que apenas y cabíamos.

— ¿Vivieron entonces?— Murmuré.

— No sé cómo nos encontraron. — Murmuró con una risa vacía. — Pero cuando abrí los ojos estaba en un hospital en Varsovia.

Sacudí mi cabeza sintiendo cómo la mención del lugar me ocasionaba un pequeño punzón en mi sien.

— Había pasado un año, estuve en coma durante ese tiempo, mi hermana salió unos meses después del coma, ella era la que cuidaba de mi. — Mencionó con nostalgia. —  Pasó un año en dónde me perdí tanto.

La diavolessa comenzó a caminar por el lugar mirando el techo, pasó sus dedos por las paredes blancas y su mano se detuvo de pronto en un sitio estratégico.

— ¿Sabes que hice cuando volví?— Preguntó, la observé y negué con mi cabeza.

— No.

— Regresé a casa porque por segunda vez tenía la oportunidad de hacerlo. — Respondió con media sonrisa.

De la nada en aquella pared ella parecía sacar algo, fruncí los labios.

— Volví y me juré a mi misma nunca desconfiar de la mujer que amo. — Soltó acercándose a mi otra vez.

Me tomó de la mano y una foto fue a dar a ella, confundida bajé la vista y me encontré con la foto de un tipo de fuente.

— No cometas el mismo error. — Demandó sacando una moneda de su bolsillo.

— ¿Qué es está foto? Me parece recordarla...

— Búscala, cuando la encuentres lanza esto. — Dijo lanzandome una moneda, la tomé y la vi rápidamente. — Ve a casa, aún tienes la oportunidad.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now