Eoin ríe.

—¡Bien! Te haré caso –dice–, pero no permitiré que seas tú quien vaya hasta su tierra para pedirles ayuda. No puedo dejar que vayas y vivir con el temor a perderte a ti también, no estoy listo para quedarme solo, tengo miedo de que te asesinen, Saoirse. Eres lo único que me queda.

—Eoin –susurro–, déjame ir, yo puedo hacerlo sin ayuda, créeme.

Asiente.

—Te creo, obviamente sé que eres capaz de eso y de muchas cosas más –toma mi cabeza con ambas manos y deja un beso en mi frente–. Quédate aquí con ellos tratando de encontrar más pistas, seré yo quien vaya a encontrarlos para pedirles ayuda, les explicaré toda la situación y rogaré por su ayuda si es necesario, pero tú quédate aquí y no trates de ir a buscarme, te prometo que yo estaré bien allá afuera.

—¿Prometes regresar con vida?

—Prometo regresar vivo por ti.

~ ~ ~ ~ ~

Aoife se encontraba en la cocina picando algunas verduras después de decirme que ella se encargaba de cocinar en lo que yo descansaba. Cian y Cormac estaban sentados en el sofá frente a mí tratando de animarme contando algunas experiencias de ellos atacando a criminales en las calles de Askeaton, que por cierto es su lugar de procedencia.

Nada era capaz de animarme, aquella sensación de que algo malo iba a suceder estaba presente una vez más y esta vez me aterra pensar en que tal vez mi hermano está en peligro allá afuera con los Duffy.

Cormac me sonríe de lado y me lanza una bola de papel que cae en mi cara. Sonrío durante unos segundos y luego suspiro.

—Eoin volverá sano y salvo, Saoirse, no deberías de estar tan preocupada por él.

—¿Cómo estás tan seguro de eso? Nadie está seguro allá afuera cuando esos locos están en todas partes esperando a por nosotros.

—Eoin es un hombre inteligente, sabe ingeniárselas para salirse con la suya –frunzo mi ceño y lo observo fijamente–. Créeme, cuando te digo que saldrá vivo de esta es porque es verdad.

—¿De dónde conoces a mi hermano?

—¿De qué hablas?

—Lo conoces y eso lo sé muy bien, no eres tan bueno ocultando verdades.

—No sé de que me estás hablando –dice–, de seguro estás delirando por la misma preocupación. Deberías de dormir un rato para ver si te sientes mejor después de descansar.

Cian observa a su hermano de reojo y luego me observa a mí de pies a cabeza. Algo estaba pasando con Cormac y no quería decírmelo, aunque algo de lo que dijo el anterior día confirma mi sospecha.

Sonrío.

—¿Sales con Eoin? –Cormac se pone rojo y Cian ríe por lo bajo tratando de no llamar la atención–. Me di cuenta el otro día cuando le dijiste guapo y mi hermano se sonrojó, no lo había visto así antes y eso que cuando aún vivíamos juntos ya tenía veinte años.

—Tú ganas –dice–, Eoin y yo nos conocemos desde hace un par de años atrás cuando nos encontramos en Limerick, yo estaba de viaje en busca de una persona en específico pero me lo encontré a él. De inmediato supe que era un Doherty por el tatuaje que tiene en su mano. Es un tatuaje único que solo los de tu familia tienen y nadie de otro apellido puede tener el mismo al menos que sea una mezcla. Hablamos acerca de lo de tu madre y yo le conté acerca de los nuestros.

—¿Te contó sobre mí?

—Él siempre te mencionó a ti de primero, siempre me decía que eres una chica inteligente y con un alto potencial en este mundo y que de seguro serías la mejor de los Doherty.

—¿Por qué nunca me contactaron?

Suspira.

—Eoin mencionó que lo mejor era dejarte sola durante un tiempo, mientras no tengas tu poder es más complicado encontrarte, pero Cian me contó que te salvó la vida en una ocasión por lo que deduje que te estaban siguiendo y sabían tu rutina diaria.

—Aún recuerdo ese día, ya no les tengo miedo a esos destellos.

—Deberías –dice Aoife desde la cocina–, si una de esas cosas impacta en tu cuerpo te parte en pedacitos y hasta ahí llegó tu vida. Esos poderes no son un juego, son cosas peligrosas.

—De paso me dijo que contactarte mediante el espejo solo le asustaría y que además estarías enojado con él por haberte dejado sola.

—¿Eoin sabía comunicarse con el espejo? –Asiente–. Ese bastardo me dijo que no y que tal vez no serviría de nada intentarlo.

—Eoin ha visto cosas que tú no has sido capaz de ver, Saoirse, Eoin tiene poderes de todo tu linaje, incluidos las de los primeros Doherty que existieron en Adare. Es un caso muy extraño porque se supone que eso es incapaz, pero si no te lo dijo fue para protegerte.

—¿Protegerme de quienes?

—De todos –contesta–, Caín te ha marcado y eso es muy malo. Puedes pertenecer a todas las familias que quieras y escoger el lado malo si se te antoja. Pero con respecto a los poderes puedes obtener todos los que tú quieras, incluidos los de los Dunne, lo cual nos puede dar una ventaja.

—Pero también tienes que saber que hay ciertos poderes Dunne que conforme los uses te van consumiendo hasta dejarte agotada y sin vida. Conocí a un Dunne que tenía ese poder y no vivió sino hasta los veintiséis. Tan solo pudo resistir dos años con sus poderes hasta que estos acabaron con ella.

—¿Cuándo cumples años, Saoirse? –Pregunta Cian–. Debemos de estar listos para ese momento porque cuando llegue ese día tendrás que tomar una decisión.

—¿Cuál decisión?

—La de a que familia y bando quieres ser parte –contesta Cormac–. Obtendrás todos los poderes que quieras, pero solo puedes ser parte de una familia y bando por el resto de tu existencia. No puedes ser parte de todas a la vez.

—Pero tu hermano...

—Caín tomó su decisión –me interrumpe Aoife–, decidió quedarse con los malos y ser un Dunne. Yo por mi parte quise ser de los buenos y quedarme con los Doley.

Asiento.

Alguien golpea la puerta, todos nos quedamos en silencio esperando lo peor de la situación y nuevamente golpean la puerta. Me pongo de pie y Cian toma mi brazo deteniéndome, asiento para decirle que está bien y camino hasta la puerta.

—Hola vecina –dice una mujer–, he preparado un pastel de fresas y pensé que quizás era buena idea compartir con mis nuevos vecinos. Soy nueva en Adare –dice–, vivo en la casa de aquel lado –señala a la casa atravesando el campo, aquella de la que siempre provenía un destello de luz.

—Gracias –contesto–, muy amable de tu parte y bienvenida a Adare, espero que sea de tu agrado y que tengas un buen día.

Sonríe.

—Soy Deirdre Barry, por cierto.

—Soy Saoirse, un gusto en conocerte.

Adare ✔️Where stories live. Discover now