Madarame Shion

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La mujer revisaba al perezoso de Pachin, a un lado suyo estaba el pequeño Takemichi junto con Chifuyu, estos acompañaban a su dueña.

Ryusei tambien estaba ahi, pero en un esquina, pues a Mikey tambien se le ocurrio ir alli y como no, Ryusei les tenia miedo a los perros.

— ya, Ryusei, no te va hacer nada — resoplo la mujer, mirando a su hermano menor

— Perro sarnoso — murmuro Ryusei, negandose a acercarse

La mujer se cruzo de brazos divertida, aun no entendia el miedo del menor por los perros, ella sabia que en la infancia no paso nada con los perros como para tenerles miedo.

— Vos no tenes escuela? — alzo la ceja, mirando a su hermano

— entramos en vacaciones — se acerco de a poco hacia ella

Mikey al notar el leve movimiento de Ryusei, se movio bruscamente, el peliblanco nuevamente volvio a la esquina, pegandose de mas a ella.

— Mikey, no lo asustes asi — regaño la mujer al pequeño pomerian

Mikey agacho sus orejas en forma de culpa, no habia sido esa la intencion del pequeño perro, simplemente se habia alegrado de que Ryusei se iba a acercar a ellos, queria mimos por parte del peliblanco

— Ryusei y si intentas de a poquito acercarte a ellos? — propuso ella en una sonrisa

El Sato dudo por un momento, pero luego asintio, pero por ahora, no pensaba moverse para nada de aquella esquina.

Los dos hermanos escucharon el como risas provenian del local, pero no risas de humanos, si no, risas extrañas.

Por la puerta entro corriendo Kisaki, este jadeaba ligeramente,  recargandose sobre sus rodillas.

— Hay una puta jodida Hiena en el local! — exclamo, apuntando hacia al frente

— sigue atendiendo a Pachin, ire a ver, Ryusei vienes conmigo — indico la mujer, dajando los utensilios en una mesa

Ryusei siguio por detras a su hermana, Kisaki tomo el lugar de ella, siendo el ahora el que atendia a Pachin.

Ambos hermanos se miraron con confusión,  habia una jodida Hiena riendose en el local, los hermanos Haitanis tambien estaba alli, mirando raramente a la Hiena.

Una ola de humo se hizo presente, la Hiena ahora era humano.

— Hola! — saludo con euforia

— Baja la voz maldito loco — gruño Ryusei

— Quien es este? — pregunto Ran, acercandose a su dueña

— Esta loco, eso es obvio — se burlo Rindou

— Soy Madarame Shion, vine aqui porque dijeron que cuidaban animales — bajo su cabeza tímidamente  — y tambien que los curaban, queria ver si podian curar mi cola, esta toda lastimada —

— Claro, sin problema, bievenido al Refugió,  Shion — sonrio amablemente la mujer

Refugió ⊰Tokyo revengers⊱Where stories live. Discover now