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Yo estaba tan nerviosa que cuando estaba fugándome sigilosamente por mi balcón, me había tropezado que estuve a punto de caer sobre los arbustos y la jardinería del patio trasero. Me había asegurado de que mamá estuviese durmiendo en su recamara, pero el problema era papá. Que estaba en la comisaria haciendo horas extras. Pero yo no quería pensar en mis padres mientras me fugaba de casa. ¡Claro que no!

Caminé por el bosque con la linterna alumbrando los lugares que pisaba. Me pregunté si Suga ya estaba esperándome, o quizás no. Si no era así temería demasiado, odiaba estar sola en algo abandonado y siendo ¡Casi las diez y media! Había llevado puesto unos vaqueros sencillos y una remera de manga larga. La verdad es que hacía bastante frío, pero tampoco quería ir desaliñada. Sabía que no era una clase de cita u algo por el estilo. Es más, yo ni si quiera sabía qué era lo que Suga quería de mí a las diez de la noche. Pero esperaba descubrirlo.

Caminando menos de cinco minutos, persuadí a Suga que estaba sentado frente al lago negro, que se apodaba así por ser el más oscuro de las noches. Apenas los reflejos y pequeñas libélulas se encontraban sobre el agua sucia y contaminada. Nadie podía meterse allí. No si querían contagiarse de la peste negra.

Él sostenía una rama de un árbol apoyandose en un tronco botado sobre el suelo. Vestía un chándal gris, y una sudadera del mismo color, con letras que decían «London's»

Quise actuar con mi propio instinto cubriéndole los ojos por atrás y preguntarle «¿Quién soy?»

Pero posiblemente él me diría ''No seas absurda Chloe, déjate tus niñerías para otra ocasión''

Así que opté por quitarla la capucha que cubría sus cabellos para que notara mi presencia. Me senté a su lado en el senil tronco.

-¿Por qué escoger un lugar tan feo mientras pudiste haber escogido frente al océano? Y ver la deslumbrante luna. -miré hacia el lago sin mirar la expresión de su rostro por más que quería contemplarlo como una loca maníaca y soñar con sus facciones.

-Acá está la luna también. Y quedamos bajo a ella como si fuésemos sus propios luceros.

-Una teoría bastante metafórica. Me sorprendes. -hablé con la mirada perdida, me sentía tímida y avergonzada. Odiaba mi personalidad cuando estaba con él. Sentí la mirada de hierro esmeralda sobre mí. Le miré y vi que sus ojos estaban tan oscuros como el lago negro-. ¿Para qué querías que viniera?-gesticulé con las manos temblando.

-Quería comprobar si vendrías. -repuso mirando hacia al frente. Lanzó la rama que tenía al lago haciendo que salpicase unas gotas de agua.

-Y vine.

-Tenía la infalibilidad de que lo harías.

-Estás un poco seguro de ti mismo, ¿No? -añadí cáustica. Él soltó una risilla ronca y gutural que me estremeció desde los talones a la cabeza.

-Soy alterno, lo reconozco. Pero sé que no te perderías una oportunidad de estar conmigo. Sé que te gusto.

Le miré boquiabierta, con la inhibición tejiéndome la piel por completo. No tuve el valor de mirarlo a la cara, ¿Quién se lo habría dicho? ¿O realmente lo había escuchado en clase de Filosofía? ¡Sabía yo que no estaba perdido en su mundo!

Suga se rio de mí.

-Tú no me gustas. -contradecí incapaz de mirarlo.

-¿Entonces por qué viniste?

-Sentía curiosidad.

-¿Por qué dejaste que te besara?

Ahora sí que lo miré. Sentía que todo mi cuerpo ardía, pero en vergüenza.

Dark Sides | Min Yoongi [EDITANDO]Where stories live. Discover now