iii.first day of work

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primer día de trabajo


Jade enterró su rostro en su almohada queriendo desparecer el sonido de las voces en la cocina que la despertaban, eran las siete de la mañana y ella solo quería dormir un par de horas más pero para su mala suerte su hermano y Coyote eran muy ruidosos.

Ya sin sueño pero con cansancio la rubia se levantó de su cama y camino hasta la cocina dónde todos ya usaban sus trajes de entrenamiento mientras desayunaban.

-Perdon por despertarte-dijo Madison dandole a Jade una taza de té.

-Tranquila Mads ni tu o Bob me despertaron, fuerom estos ruidosos-exclamo Jade empujando a su hermano y Coyote cuando paso junto a ellos.

-Vamos Jadey ni siquiera fuimos tan ruidosos-negó Coyote, todos lo miraron con una ceja alzada ya que hace solo unos momentos había estado cantando una canción de Bob Jovi a todo volumen.

-Si te hace sentir mejor puedes desayunar panqueques recién hechos-dijo Bob entregándole a Jade un plato de comida, Jade lo tomo y agradeció notando lo rojo que se ponía el de lentes.

-A mi nunca me das panqueques Bobby-dijo Coyote con diversión-¿Que tiene Jade que no tenga yo?

-Ademas de ser más linda y cantar más afinado-cuestiono Jade molestando a Coyote mientras Bob solo se ponía más rojo.

Cuando todos desayunaron Jade empezó a limpiar los trastes mientras los demás se preparaban para el trabajo.

-Tienes que prometer que no lo chocaras-dijo Jake dándole las llaves de su auto a Jade-si lo encuentro con un solo rasguño te olvidas del auto para siempre.

-Tranquilo Jakey, sé cómo manejar, mamá me enseñó ¿Recuerdas?-preguntó Jade rodando los ojos tomando las llaves del Impala de su hermano.

-Por eso mismo lo digo-negó Jake con un suspiro.

Todos salieron despidiéndose de la rubia mientras se subían a la camioneta de Madison.

✈️✈️

Jade pasaba por la pequeña plaza de Miramar sin poner realmente atención a las tiendas, Miramar era un pueblo pequeño y mayormente poblado por familias militares o de la marina por lo que las tiendas no eran de su interés, Madison le había dicho que la ciudad quedaba a unos 40 minutos y tenía más cosas pero no pensaba manejar el auto de su hermano tan lejos.

A lo lejos vio una heladería y decidió acercarse, el inició del verano estaba llegando y el calor era insoportable.

-Me puede dar un helado de menta, por favor-pidio la rubia a un encargado.

-¿Menta?-preguntó alguien a su lado, era un chico talvez de su edad bastante alto y de ojos claros-el helado de menta no debería de existir.

Jade lo miro con una ceja alzada y cuando estaba lista para responder una pelirroja se paró en medio de ellos.

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