Capítulo 4: ¿Quieres que mueva, cielo y tierra solo por ti?

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Christopher cortó la llamada antes de que pudiera despedirme.

Me vestí y busque mi tarjeta para el metro. Tenía que viajar alrededor de veinte minutos para ir a casa de Billy. Estaba a punto de salir de casa cuando escuché como mi mamá me llamaba de desde la cocina.

-¿A dónde vas?- me preguntó cuando entré

-Tengo tarea- le mentí- iré a casa de Thiago -era más o menos verdad

-¿Quieres que vaya por ti cuando termines?

-Yo te aviso- le dije y ella asintió- adiós

-Que te vaya bien- me dijo

Salí de mi casa y caminé en línea recta sobre la acera hasta llegar a la parada del metro. Tuve que esperar diez minutos para abordar; era un viaje un poco costoso, por suerte había recargado mi tarjeta. No había ningún lugar disponible así que me tocó viajar de pie, mientras me sostenía del barandal superior.

Todo se había vuelto opaco, lo que indicaba que estábamos por atravesar el tubo de cristal que conectaba con la terminal de trenes. Una vez llegamos, todos los pasajeros desabordamos y fuimos recibidos por un enorme rotulo que decía "Bienvenidos a villa Atlanta".

Villa Atlanta era una pequeña ciudad llena de edificios y más edificios; como una especie de condominios alojados dentro de una burbuja de cristal reforzado; todo bien ubicado en medio del mar. Me asustaba caminar y ver hacía arriba, en vez de cielo había agua y en vez de suelo tenían cristal. Había sido construido durante la primera expedición de la tierra, años después que la vida en el planeta terminará.

Estaba cerca del edificio donde Billy vivía; sabía donde era porque al igual que él, Thiago vivía en el mismo lugar solo que un piso antes. Llegué rápidamente y al entrar me encontré con la mamá de Thiago, quien llevaba unas bolsas de supermercado.

-Buenas tardes Sra. Comparinie- le saludé

-¿Cómo has estado?- me peguntó

-Bastante bien- le respondí- ¿usted qué tal?

-Muy bien- respondió- ¿buscas a Thiago?

Negué.

-Bueno, de todas formas, no se encuentra en casa- me informó y siguió caminando hasta que subió al elevador

-Un gusto señora- le dije y ella me sonrió

Esperé hasta que bajara nuevamente el ascensor y lo usé. Cuando llegué al piso treinta, bajé y me encaminé hasta la puerta del departamento donde Billy vivía.

Me quedé para frente a la puerta. Mi corazón se aceleraba y mi cuerpo temblaba; iba a irme pero la puerta se abrió y una señora me miró raro.

-¿Puedo ayudarle en algo?- me preguntó

Asentí.

-¿Se encuentra Billy?- le pregunté y ella asintió

-¿Quién es usted?

-Me llamo Elizabeth y soy su compañera de curso

-Ya veo- me dijo- permítame

La señora volvió a entrar al departamento dejándome en el pasillo. Minutos más tardes volvió a salir por la puerta y me invitó a pasar a su morada.

-Él vendrá en unos minutos- me informó- puede ponerse cómoda si gusta

-Gracias- le dije y me senté en el sofá que estaba en la sala de estar

La señora asintió y se marchó dejándome sola en aquel lugar. Observaba todo el lugar, las paredes eran blancas y los muebles café oscuro, habían cuadros con fotografías bien colocadas en casi todas partes; la cocina podía notarse desde donde yo estaba y a la par había un pequeño pasillo con tres puertas.

Estrella BinariaWhere stories live. Discover now