Beau†iful Rock

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Aitana

3 de Febrero del 2022

Abro los ojos solo para encontrarme en un lugar desconocido, trato de pensar en donde pude haber acabo ayer después de beber demasiadas bebidas por Jana y su relación fatal por Dustin Grant.

Dustin Grant es un tema interesante, me acuerdo que lo vi en el escenario un año antes de huir en Dinamarca, él estaba cantando con una emoción que me contagio de solo verlo. Más sin embargo, la historia que tiene con Jana es muy complicada.

Creo que mi amiga ha rebosado los límites de obsesión y no quiere ver lo que hay. Lo que Dustin siente, yo apenas acabo de conocerlo y apenas se quién es el tipo pero por su forma de hablarme y de hablarle a los demás, sé que él no quiere ninguna relación y que incluso él la ve a ella pero como su amiga.

No hay otro sentimiento ahí, el sentimiento que Jana se aferra no existe, jamás existirá.

Mi cabeza se llena de imágenes de mí y de Dustin hablando, de él y yo sonriendo y tomando, incluso me agarro de la mano. Cierro los ojos, esperando, necesitando calmarme. Ayer debí haber tomado más de la cuenta, más de lo que quiero admitir, realmente. Miro de reojo a mi acompañante, veo un cabello corto, algo largo de atrás, negro. La piel expuesta de mi compañero de cama es pálida, incluso más pálida que la de Harris.

Me levanto despacio, alejándome del cuerpo masculino (que está bien dotado y demasiado caliente que apenas puedo respirar, pensar). Busco mi ropa interior, entonces un recuerdo regresa a mi mente de Dustin besándome, tocándome e incluso casi puedo recordar el sonido de sus gemidos.

Volví a respirar, tratando de olvidarme del recuerdo de anoche y concentrándome en vestirme y salir de aquí. Cuando estaba colocando la última prenda, sin querer despertar a mi acompañante. No quería mirarlo, no quería saber y confirmar lo que mis recuerdos me enseñaron.

Ojos oscuros como la noche, piel extremadamente blanca y cremosa, labios finos y carnosos, cabello negro. Era él. Era Dustin Grant, la estrella de rock más aclamada en los últimos años. Era el hombre que había visto en Dinamarca, era él. Fue él, el hombre que me vio como era. Y no podía creerlo, la culpa y ansiedad se instalaron en mi pecho, dejándome asustada.

¿Qué le diría a Jana?, ¿Cómo podría mirarle tan siquiera después de todo esto?

Una ráfaga de culpa se instalo en mi pecho, no quería que ella se enterará. Realmente no quería perder a una amiga por algo tan tonto e estúpido.

Mierda. ¿Que hice?

-Hey, ¿a dónde vas? -me pregunta desconcertado. Su voz sale ronca, adormilada y algo seca, todo eso debido a que se acaba de levantar.

Veo en toda la habitación esperando encontrar en donde esconderme, la mala suerte es que no hay sitio. Muerdo mi labio inferior, nerviosa y algo ansiosa de lo que la gran estrella de rock piensa hacer pero solo me mira con una sonrisa brillante. Respiro hondo, y me encuentro una vez más con su mirada.

-No quería despertarte, puedes volver a dormir -murmuro -. Yo me iré, no te preocupes.

- ¿Qué?

-Me voy a mi casa, esto -lo señalo a él y a mí -nunca debió suceder.

-Pero...

Niego. No voy hacer el paseo de la vergüenza cuando todos me vean huyendo pero no puedo evitar sentirme mal. Me he acostado con el hombre que le rompió el corazón a Jana, mi amiga.