En las ruinas del futuro

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Disclaimer: Ni Evangelion ni sus personajes me pertenecen.

En las ruinas del futuro

En silencio, dejando que sus pies fuesen quienes decidieran su camino, Shinji continuó con su errante caminata por la aldea, sin saber, sinceramente, hacia dónde se dirigía. Habiendo huido, una vez más, de la cabaña de Kensuke al no querer ser visto como una molestia, el otrora piloto de la Unidad 01 vagaba perdido sin que reconociese ninguno de los rostros de las personas que miraba al seguir avanzando.

A su alrededor, yendo y viniendo en todas direcciones, Shinji observó asombrado como cada individuo que veía cumplía con una función específica que, al combinarse con la de los demás, ayudaba a mantener a flote a la villa. Algunos se encargaban de construir nuevas edificaciones utilizando materiales reciclados, otros, vestidos con ropa agrícola, sembraban y cultivaban en los campos.

Entre dicho gentío, haciéndolo detener de improviso su marcha, Shinji se quedó perplejo al ver a Ayanami rodeada de un grupo de mujeres que, riéndose y conversando con ella, se dirigían, desde muy temprano, hacia los sembradíos de arroz. Rei, quien no se percató de su cercanía, se dejaba llevar por aquellas mujeres, cuyas carcajadas, sin problemas, llegaban a los oídos de Shinji pese a la distancia.

Poco a poco, al ser conducida por sus alegres compañeras, Ayanami se fue alejando de Shinji al perderse en la muchedumbre que atestaba la que era la carretera principal de la Villa-3. Allí, quedándose congelado sin que pudiese moverse, Shinji, cada vez más cabizbajo, se reprochaba que incluso Ayanami; a pesar de sus limitaciones, ya era parte de la comunidad aportando a su crecimiento y desarrollo.

– Ayanami está ayudando, es alguien útil para los demás. No es como yo, yo no sirvo para nada.

Con más de una semana desde que llegó a la aldea, sin hacer algo distinto a alejarse del resto para ver las horas pasar sin dejar de sentir lástima por sí mismo, Shinji se convencía, aún más, que era un estorbo y que su presencia no era más que una carga. Aquello, para su consternación, se confirmaba con el recuerdo de Asuka, donde ella, ante su negativa de comer, debió alimentarlo en contra de su voluntad.

Rei, quien realizaba preguntas que sólo un niño de primaria haría, estaba probando ser muchísimo más útil que él. Así pues, con el peso de la vergüenza y el dolor creciendo sobre sus hombros, tales pesares lo empujaban a romper en llanto ahí mismo al estar en medio de una multitud. Si haber casi destruido el mundo no era suficiente, al ver que no tenía ninguna utilidad, Shinji cuestionaba su propia existencia.

– ¡Oye tú, mocoso! ¡Quítate del camino!

Sobresaltándolo, tomándolo desprevenido, una voz masculina lo sacudió al provenir de sus espaldas. Shinji, volteándose a su derecha, se asustó al mirar, a muy escasos centímetros de él, la gigantesca cabina de un camión que, por culpa suya al bloquear la vía, le era imposible continuar con su ruta. Ante esto, paralizado por la impresión, Shinji apenas consiguió dar un par de pasos torpes hacia atrás.

– ¿Acaso eres tonto o qué? –Gritándole, asomándose por la ventanilla junto a él, el conductor de dicho vehículo le preguntó con palpable enfado– ¡Hazte a un lado o te haré puré, mocoso idiota!

Shinji, al verse arrinconado por las muchas miradas de quienes andaban por ahí, sumado al estridente sonido de la bocina de aquel automotor, tropezó con él mismo al ladearse a un costado para quitarse de la carretera. Tal tropiezo, para infortunio de Shinji, lo hizo caer sentado en el suelo, segundos antes que el camión, con sonora urgencia, pudiese seguir andando por la calzada sin ningún obstáculo.

Todavía conmocionado por lo ocurrido, Shinji no le quitó los ojos de encima al vehículo notando la insignia de Kredit escrita en una de sus paredes. Evocando que había visto esa insignia en la chaqueta de Kensuke, Shinji, avergonzándose más de sí mismo, vio como sus amigos de la infancia ya eran hombres con deberes y responsabilidades de gran valía; en tanto él, aún siendo un "mocoso", carecía de valor.

En las ruinas del futuroWhere stories live. Discover now