Erica no respondió nada, solo lo miró fijo. Era la primera vez que lo veía recién levantado y de un humor relativamente aceptable. Su cabello negro no estaba peinado hacia atrás, sino que caía sobre su rostro como una corta pero prolija cascada que se le veía muy bien, sus ojos celestes grisáceos se veían con una chispa de curiosidad, quizá de ver cuánto podía soportar ella en realidad. Llevaba una sencilla remera blanca y un jogger gris suelto, supuso que era su ropa de dormir.

Él miró hacia los pies descalzos de Erica y la forma en que dejó un camino de huellas dactilares por todo el porcelanato.

—No andes descalza, marcás todo el piso con tu sudor y grasitud. Usá pantuflas u otra cosa, asquerosa —dijo con el ceño fruncido al mostrar las marcas en el suelo que Erica ni siquiera podía ver.

—Creí que tu TOC era por la sangre, no específicamente por unas huellas en el piso —respondió Erica con la barbilla levantada.

—Bien, respondiendo comentario indeseado con otro igual, algo aprendiste ayer además de que no tengo miramientos en destrozar tu carne —dijo con una sonrisa torcida.

Él sirvió café en dos tazas y extendió una hacia ella, para luego servir los huevos revueltos en un plato, con rodajas de pan integral y un platito más chico con una palta madura que él no tardó en cortar.

—Es asqueroso desayunar café con huevos, ¿no puedo omitirlo y comer solo las tostadas? —se quejó Erica al ver su plato.

—Claro, comé solo tostadas, pero cuando te desmayes en el gimnasio por falta de energía te voy a dejar ahí tirada.

Con un chasquido de lengua molesto Erica bebió el café negro, sin una pizca de azúcar, trató de que él no notara como se le fruncía el rostro por el sabor, y solo cuando finalizó con la taza y bebió algo de agua para limpiar su paladar, fue que comió los huevos. Él desayunó frente a ella, tranquilo y con su espalda recta y su cuello en alto, como un Moms, como un elegante rico.

—¿No te relajás nunca? —le preguntó ella luego de untar un pan con palta—. ¿Siempre estás así de recto, tenso y digno Moms?

—No me llames así —gruñó entre dientes y sus ojos parecieron flamear en ira.

—Para darme sermones de resistir provocaciones, te alterás bastante si te llaman Moms.

—Es como si yo te llamara Sabatini luego de saber lo que te hizo —escupió y ella sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal—. Ya no te gustó, ¿verdad?

—No respondiste mi pregunta, ¿no te relajás nunca?

—No.

—¿Ni al dormir? —preguntó con tanta sorpresa en su tono de voz y en las expresiones de su rostro, que él sonrió de costado.

—Creo que es importante advertirte que no entres en mi habitación mientras duermo, no te gustaría descubrir que tan a la defensiva estoy.

No hizo más preguntas, terminó el desayuno en silencio y bebió otro poco de agua. Estaba preocupada por Chris y Lucas que aún no habían aparecido, y tampoco quería ir a husmear en la habitación, no sabiendo que Chris tampoco se relajaba al dormir y estaba también a la defensiva. Lo había comprobado la noche que durmieron juntos en la casa, no bien sintió un pequeño ruido o movimiento ya había tomado la pistola para apuntar a quien, en ese momento, solo había sido Lucas buscando ropa limpia.

—¿Qué les hiciste a los chicos? —preguntó Erica mientras lo observaba lavar todo—. Ni Lucas ni Chris suelen despertarse tarde.

—El líder de los obligados tiene buena resistencia, pero parece que no está acostumbrado a ser regañado o equivocarse. No dijo nada pero repitió cada ejercio una y otra vez hasta que le salió, incluso cuando su cuerpo no daba más. Nunca creí conocer a alguien tan exigente consigo mismo como yo —dijo con su rostro serio cuando la miró por sobre el hombro—. El rubiecito entrenó sus músculos, pero también es muy fuerte mentalmente, le dije un par de cosas hirientes para ver cómo reaccionaba, me dejó impresionado. Es más fuerte que vos.

Mörder [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now