❧ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖃𝕴𝕴𝕴 ❧

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Calma; Esa atmósfera serena que envuelve tu alma en un estado de paz y tranquilidad. Aquella que, cuando cierras los ojos, te transporta a través de los pensamientos a lugares increíbles donde la naturaleza es la que reina.

Así es como se sentía Eda. Calmada. Tranquila. El agua tibia de la bañera de madera rozaba con delicadeza su suave piel dejando pequeñas gotas sobre ésta al caer en cascada por su espalda. El aroma a velas aromáticas prendidas y la leve luz tenue de los farolillos del baño hacía que el lugar fuera más apacible. Al terminar, estrujó su cabello con ambas manos quitando el exceso de agua y se paró sobre sus pies provocando que algunas gotas resbalan por su esbelta figura como si estuvieran delineando cada parte de su ser. Tomó la toalla y se cubrió para salir. Frente al espejo, comenzó a pasarla con delicadeza mientras de sus labios salía una hermosa armonía en forma de tarareos.

-Mi cuerpo está cambiando.—pasó la mano por sus pechos firmes como si estuviera midiendo su tamaño.

-Tu cuerpo es un templo para mi, Eda Yildiz.—la bruja abrió de par en par los ojos al verlo tras ella por el reflejo del espejo.

-¡Serkan!—se cubrió rápidamente con la toalla.

-No me prives de tu belleza.—chasqueó los dedos y la toalla cayó sobre los pies de Eda dejándola totalmente expuesta ante él.—Mucho mejor así.

-Serkan, ¿podrías salir, por favor?—sus mejillas estaban comenzando a tornarse a rojas.

-Déjame hacer algo diferente esta vez.—volvió a recorrer su cuerpo con la mirada.

-Yo...

-El placer carnal es algo que todo el mundo se merece experimentar, Eda.—cruzó sus brazos.—Y eso es lo que quiero hacer contigo. Quiero que te sientas la mujer más provocativa y caliente de todos los siglos y yo, quiero ser tu admirador.

-Serkan. Sabes que yo no te podré satisfacer. Al menos no cómo estás acostumbrado.

-No lo harás por mi.—la sentó frente al espejo con su magia y le abrió las piernas de par en par.—Lo harás por y para ti.

Eda miró su sexo por el reflejo y suspiró con nerviosismo. Aquella zona era algo sagrado para las mujeres y nadie podía verla hasta el matrimonio. Serkan, que tomó el control de su mano, comenzó a guiarla lentamente. Una vez allí, apartó los labios vaginales con los dedos y enterró el índice haciendo un poco de presión sobre su clitoris.

Serkan.—un pequeño jadeo salió de sus labios.—¿Qué haré?

-Aparta el cabello de tus pechos. No puedo verlos y eso me está matando.—Eda obedeció su orden por instinto dejándolos totalmente libres para él.

La voz del Strigoi era tan llamativa y envolvente que hacía que su propio cuerpo se moviera solo. Era algo indescriptible, pero lo que la bruja blanca sabía era que no quería parar. Estaba explorando su sexo por primera vez y eso le agradaba.

-Enséñame más, Serkan...

-Acaríciate lentamente con la otra mano por todo el cuerpo.—la instruyó.—Cierra los ojos e imagina que tus manos son las mías. Esas que tanto deseas que recorran cada parte de tu suave piel.—Eda suspiró.—Hazlo hasta que tu piel se erice por completo.

-Esto no es correcto, pero a la vez es tan placentero que no puedo parar. Su voz, su olor, todo de él me envuelve.—sus pensamientos comenzaron a fluir mientras sus dedos seguían un ritmo acompasado sobre su húmedo sexo.

-Nada en este mundo es correcto, pero el placer te hará cometer pecados de los que jamás te arrepentirás.—respondió a su pensamiento del mismo modo. Sabía que ella era consciente de que podía escucharlo, así que una sonrisa ladeada apareció en sus labios mientras sus ojos se clavaban sobre su cuerpo.—Siente como tus pezones se ponen duros ante el roce...—Eda volvió a jadear al pasar la mano sobre ellos. Con la otra, hundió aún más sus dedos en su vagina notando la gran humedad que había. Abrió los ojos y conectó con los del Strigoi.—¿Notas eso? Es tu cuerpo preparándose para el placer, lubricándose para recibirme por completo.

𝕊𝔼𝔻 𝔻𝔼 𝕋𝕀 》𝑬𝑫𝑺𝑬𝑹Where stories live. Discover now