2. Hanahaki [1]

130 15 4
                                    

Apaga la televisión. Últimamente todos hablan de lo mismo, está aburrido de tener que ver el mismo caso repetido en miles de personas. De pronto en Japón ha aparecido una extraña enfermedad que hace vomitar flores, extraño, pero no tanto considerando que la mayoría de las personas tienen una singularidad como escupir fuego, tener siete chichis o sabrá Dios. Y mira que es ateo. Probablemente a nadie le interesaría de no ser porque la gente está muriendo por esa enfermedad a la que han llamado hanahaki, ridículo, pero no desacertado. Mejor se prepara para ir al gimnasio, toma la toalla, ropa y todo lo que necesita cuando esté allá. Lo cierto es que ya no le gusta tanto ese sitio desde que una máquina anda en mal estado, todo porque no le han dado el mantenimiento que deben de hacerle, ni siquiera le queda de paso ir. Es que todo está en contra, pero sigue yendo. ¿La razón? Más que obvia.

—¡Bakugō! —La persona que está esperándolo en el pasillo es Eijirō Kirishima, su gym bro (ese apodo estúpido se lo puso él mismo). Está igual que él, trae su maleta con sus cosas, la ropa deportiva y, obviamente, los audífonos ya puestos. Puede escuchar a Twice con The Feels desde donde está. Cierra la puerta de su casa, le pone el cerrojo y anda con él por el pasillo para dirigirse al elevador—. Hoy toca pierna, ¿no? ¡Ya quiero dejar de tener estas patas de pollo! —Se queja mientras lo sigue, le da la razón con la cabeza haciendo un gesto afirmativo. Jamás le presta atención a las personas, pero vamos, que Kirishima no es precisamente alguien que pueda pasar inadvertido. Él es... especial. ¡Oh, vamos! Es pelirrojo y no es nada feo, tiene buenos músculos y esas pantorrillas son tan duras que pueden cortar diamante. Además sonríe como actor de comercial de pasta dental, como ahora—. ¿Qué tal tu noche?

—No estuvo mal, tomé té con miel y con eso quedó —responde mientras se acaricia la cuello, en específico, la parte de su garganta. Últimamente ha sentido una picazón inexplicable, supone que es porque se resfriará y si no fuera por la recomendación de Kirishima de tomar té de limón con miel no hubiera pegado el ojo en toda la noche. El pelirrojo parece radiar de alegría luego de su respuesta.

—Me alegra, no quisiera que te enfermaras —comenta con una sonrisa pequeña, las mejillas coloradas y desviando la mirada. No entiende su comportamiento, pero menos el suyo ya que su corazón late como un loco por sólo escucharlo decir esa bobería. Obviamente no quiere eso, después de todo son...—, quiero decir, sería aburrido ir solo a entrenar, ¿verdad? —completa el pelirrojo. Claro, eso mismo. Mira al techo del elevador y luego salen de este cuando llegan al primer piso.

—Pues no voy a morirme por un resfriado. —De nuevo le pica la garganta, saca del bolsillo un dulce de miel con eucalipto, con eso queda con el aliento fresco y la garganta menos irritada.

Las próximas horas no dicen mucho, se dedican a entrenar y a darse apoyo cuando la situación lo amerita, se ayudan cuando lo requieren, bromean poco. Todo juntos. La hora de salida llega demasiado pronto, mira a su gym bro por el rabillo del ojo cuando entran a las duchas porque por alguna extraña razón se le ha hecho costumbre. Es... sexy. Mierda. Se mete de lleno a la regadera para quitar de su mente aquel pensamiento fugaz, su corazón le anda como si estuviera corriendo en un maratón y la cara la siente tan roja que seguro es por el resfriado que está próximo a tener.

Al salir, Kirishima se le cuelga de los hombros—. Hombre, hace tanto que no pasamos tiempo juntos. ¿Qué tal si vamos a comer? —No le da tiempo de responder porque su estómago suena y eso es afirmativo para el pelirrojo, quien, con una sonrisa, bromea sobre su condición. Claro que no lo permite y le sigue correteándolo amenazando con golpearlo mientras que Kirishima se carcajea.

Llegan a un puesto de comida rápida, porque así como están entrenando, olvidan hacer dieta. Como sea, no son unos genios, solamente sigue a Kirishima de las rutinas que ve en Tik Tok. El pelirrojo pide una de pollo mientras que él una con queso, se sientan frente al otro y comen en silencio, muy raro.

El KiriBaku más soft que podrás encontrarWhere stories live. Discover now