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Sí, claro, el uniforme les queda tan bien que cualquiera diría que están en una pasarela de moda en lugar de patrullando las calles

❝Sí, claro, el uniforme les queda tan bien que cualquiera diría que están en una pasarela de moda en lugar de patrullando las calles❞

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—¿GRACE LORRAINE DARNFORD?

—YO MISMA.

Con las manos esposadas y apoyadas sobre la mesa de la oficina número catorce del Departamento para la Seguridad Mágica, Grace Darnford fijaba una mirada impertinente en el oficial que revisaba su identificación personal con desgana. El mundo podría estar derrumbándose a su alrededor y ese hombre seguiría tomándose todo el tiempo del mundo para leer lo que quisiera que estuviera leyendo, si es que realmente lo estaba haciendo. Remarcando un rostro grave y una expresión de tener de todo, excepto amigos, el oficial barrigón le echó un ojo de arriba abajo. Grace respondió con una sonrisa desdeñosa y el hombre afiló la mirada, sin ni siquiera pestañear.

—¿Hay algún problema, señorita Darnford?

—Ninguno, agente.

Agachó la mirada y miró hacia un lado. «Contente, Grace» se dijo a sí misma, intentando mantener la compostura. El hombre la miró incrédulo y negó con desaprobación mientras seguía inspeccionando sus documentos en silencio. Grace se limitó a esperar. Otro par de oficiales la apuntaban con su varita, como si ella fuera un león furioso que en cualquier momento iba a saltar a arrancarles la yugular. Tampoco se equivocaban. Además, estaba acostumbrada a verse en esa clase de "aprietos".

Los disturbios de hoy habían sido intensos: tres escobas rotas, un par de cristales agrietados y múltiples piedras esparcidas por la acera frente al edificio Woolworth

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Los disturbios de hoy habían sido intensos: tres escobas rotas, un par de cristales agrietados y múltiples piedras esparcidas por la acera frente al edificio Woolworth. Aunque no era nada del otro mundo, esta vez los oficiales se habían visto obligados a despejar la zona y a detener a todos los que habían podido. Durante el tiempo de espera, Grace había visto cómo se llevaban a un hombre en la oficina contigua, quien afirmaba que él no había participado en la manifestación y que solo iba de camino a ver a su hija. Pero no le sirvió de nada: el color de piel les bastaba para decidir quién se merecía una sentencia y quién no.

«Cabrones».

—Desorden público, incitación a la violencia y resistencia al arresto. Si paga una multa de veinte galeones, dejaré que se vaya.

𝐌𝐀𝐆𝐈𝐀 𝐍𝐄𝐆𝐑𝐀 ━━ 𝗪𝗶𝘇𝗮𝗿𝗱𝗶𝗻𝗴 𝗪𝗼𝗿𝗹𝗱.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu