BEHIND || Neteyam || +18

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Palabras Na'vi:

-Mawey - Calma
-Palulukán - es el nombre Na'vi del Thanator

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Nuevos sentimientos

Las ramas altas y húmedas de los árboles fue el mejor lugar para aterrizar, Neteyam bajó de el Ikran y extendió sus brazos hacía arriba para que Rey'eng saltará y el pudiera atraparla, ella lo hizo pero al intentar bajar el Ikran de Neteyam se movió haciendo que Rey'eng cayera de golpe, Neteyam la atrapó, ella lo abrazó del cuello y el de su pequeña cintura.

-Hola-dijo Rey'eng sorprendida de verlo tan de cerca.
-Hola-el no dejaba de intercalar la mirada ente sus ojos y sus labios- ¿Porque siempre terminas tan cerca de mi?- dijo el volteandola a ver con una sonrisa coqueta.

Rey'eng al ver su sonrisa sintió que explotaría su corazón, la vergüenza hizo que se alejara, pero Neteyam se dio cuenta que se había puesto nerviosa, no la conocía hace mucho pero era fácil de leer, la mayor parte del tiempo ella era una persona sería pero toda creación de su madre la hacía Feliz y le emocionaba y ahora, la veía nerviosa.

Rey'eng se sintió algo incómoda, notó que su corazón palpitaba rápidamente, intentó calmarse acariciando al Ikran de Neteyam o viendo hacía abajo, pero ni siquiera la altura le impactaba tanto como esa sonrisa coqueta.

-¿Bueno que haremos hoy?- dijo intentando distraerse.
-Bueno te haremos un arco, pero primero trata de bajar el árbol- dijo Neteyam juguetón bajando rápidamente.
-¡Oye!
-Solo haz lo que yo, y si caes...bueno ya sabemos que será encima de mi- se burló.
A ella le gustaba el reto, sonrío emocionada, así que bajó el árbol y aunque Neteyam esperaba que de verdad cayera, para poder salvarla, ella lo hizo perfectamente, una vez abajo, Neteyam le mostró como andar por un bosque y la instruyó para poder moverse con sigilo.

En su camino encontraron un árbol fuerte y grande, muy hermoso, Rey'eng tocó la madera, viendo hacía arriba como la luz apenas pasaba entre sus frondosas hojas, respiraba profundamente sintiendo el aroma de las plantas, y cerrando los ojos para oír la música del bosque mientras que Neteyam, la admiraba a ella.

Veía su pecho subir y bajar lentamente cuando respiraba, sus manos que en comparación a las de él, eran pequeñas y suaves, su hermoso cabello platinado que no estaba trenzado, su blanca piel que reflejaba el sol, sus labios, gruesos y de un tono rosado como el de la fruta y que no dejaba de preguntarse si talvez tendrían un sabor dulce pero sus pensamientos fueron interrumpidos, un Palulukán, había saltado desde detrás de un árbol.

Neteyam le apuntó con su flecha pero sabía que no sería de ayuda, puso a Rey'eng detrás de él para protegerla y ella se asustó por un momento- Rey'eng vas a tener que correr, regresa al árbol donde está mi Ikran- dijo Neteyam preparado para dar su vida por protegerla.
-¿Tu que harás?- dijo Rey'eng calmada y curiosa
-Lo distraeré.
-No voy a irme- dijo firme Rey'eng.

Neteyam furioso de que no le hiciera caso, la tomó de la mano e intento correr junto con ella, pero Rey'eng se soltó- ¡Rey'eng!- gritó desesperado, pero se dio cuenta que el Palulukán no se preparaba para atacar si no que estaba inclinándose ante ella.

-Mawey Neteyam Mawey- dijo Rey'eng intentando tranquilizarlo.

Ella puso las manos hacia enfrente y el palulukán puso su cabeza sobre ellas frotándose cabeza con cabeza, Neteyam no entendía nada, Rey'eng se acercó con una sonrisa a Neteyam y tomó su mano, el se dejó guiar hasta el Palulukán y ella pusó sus manos sobre la imponente criatura que extrañamente se dejó acariciar.

-Es un amigo- dijo Rey'eng a la criatura y esta se dejó caer y se acostó- debió enviarlo mi madre, cuidara de nosotros.

Neteyam estaba sin palabras, sabía que los Palulukán obedecían a Eywa por que oyó historias de su madre sobre la guerra con las personas del cielo, pero ver al terror de los Na'vi siendo dócil y protector como Payakan era sorprendente, El solía olvidar por completo que era hija de la gran madre, hasta que veía cosas como esta; Después de que pasó el susto, ellos tomaron la madera de el árbol y el le enseñó a hacer un arco, ella tallaba torpemente la madera con su cuchillo y él al notarlo se puso detrás de ella y tomó sus manos guiandola.