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-¡¡SORPRESA!!- gritaron emocionados.

Pero ___ ni se imuto. Tenia los ojos completamente abiertos y estaba casi tiesa.

La niña de cabellos dorados la abrazo fuertemente, haciendo que ella reaccionara.

-te extrañe ___.- dijo y __ comenzó a acariciarle la cabeza.

El joven se acercó y la abrazo.

Ella lo abrazó y comenzó a llorar al darse cuenta de que todo era real.

Ella era alguien que pocas veces mostraba sus sentimientos, no porque no quisiera, simplemente que al ser de las mayores en el orfanato y la madura entre su hermana y ella, a pesar de ser la menor. Siempre quería ser fuerte y quien protegiera a los demás.

Pero de eso no se trata ser maduro.

Ella extrañaba tanto su vida de antes, con su hermana y amigos, todo cambio de un momento a otro y cuando creía que todo estaría bien, la tragedia sucedió.

Ella y Cass tenían algo en común, querían ser fuertes por los demás, dejando sus sentimientos de lado.

Ella había aguantado tanto.

El trauma de ser abandona por su familia,
ser separada de su hermana,
ser alejada de sus amigos,
la muerte de su nuevo hermano
y el desprecio del otro integrante de la familia Hamada.

En esas ocasiones, apenas y derramo lágrimas. Pero ahora, explotó en llanto al por fin sentirse completamente segura. Aferrándose a los brazos del joven.

Luego de un rato se calmó de tanto llorar.

-nunca creí verte llorar. - dijo Dan.

- y yo jamás creí que de verdad vendrían a verme.

- te dije que vendría lo prometí - dijo con una sonrisa.

- Y ¿cuánto tiempo se quedarán?.

- tres días- dijo emocionado viendo la.

-¡eso es genial! - dijo feliz.

Los dos jovencitos pasaron toda la tarde jugando con la pequeña niña mientras ellos dos platicaban y platicaban sin parar, tenían demasiado que contarse.

Mientras el joven Hamada seguía con sus inventos con el propósito de hallar al hombre de la máscara y a la joven de tez morena.

Aunque tenía mucha intriga por saber quiénes eran estos dos pequeños nuevos.

Las horas pasaron y llegó a la noche, una noche fría para la ciudad de San Francisco, los dos jóvenes ya estaban cansados de tanto hablar pero no podían parar pero a uno de ellos ya le ganaba más el sueño y sin darse cuenta cayó dormido en la cama de la joven.

Ella sonrió, lo cubrió con una manta y salió hacia su balcón donde admiraba el dibujo de su hermana.

Mientras el joven héroe daba sus vueltas ahora rutinarias por todo San Francisco, pero de nuevo alguien llamó su atención

Era la misma joven, era la joven bella de cabello negro y tez blanca quién tenía los ojos llorosos, mientras admiraba la hermosa luna, sus lágrimas parecían cristales cayendo por sus mejillas.

El joven con su gran robot rojo se volvió a posar sobre el techo volviendo a asustar a la jovencita la cual le reclamó.

- esto de asustarme ya se te está haciendo costumbre - dijo molesta pero con un tono divertido.

- lo lamento mucho señorita - dijo fingiendo su voz a una más gruesa- Pero ¿qué hace aquí afuera con todo este frío?.

- solo quería refrescarme un poco- dijo recargándose en el balcón y admirando de nuevo la luna.

- la vi hoy con unos jovencitos parece que ahora está feliz.

- acaso estás vigilando me joven héroe- dijo un tanto divertida

- para nada señorita solo fue casualidad -dijo sonriendo.- es mi deber mantener a San Francisco a salvo y saber que las personas están bien. Además también la vi con otro joven ese es el joven hamada el sobrino de la dueña de este café ¿no?

- sí es él

- Así que es con él con el que no se lleva bien

- si, no nos soportamos supongo- dijo viendo de nuevo la luna.

- espero puedan arreglarlo.

-yo también- dijo fijando su vista al lejano oceano de San Fransokyo.

-sabe deberia entrar, no es bueno que este aquí afuera con este frío.

-es que me gusta mucho ver.

-¿ver que?

-todo, hay muchas cosas hermosas en este lugar.

-¿como que?

-el oceano lejano, las casas, esas cosas flotantes- dijo apuntando las cosas flotantes en el cielo.

-¡ja! supongo, pero para mi es aburrido, las veo todos los dias.

-yo hace mucho que no veia más alla de las cuatro paredes del orfanato de donde vengo, ver todo esto me resulta increible, ver algo nuevo es increible- dijo sonriendo.

El joven la vio fijamente entre la oscuridad, quedando plasmado por su belleza, y sonrio ante eso.

-que tal si damos un paseo señorita- dijo subiendo a su robot y ofreciendo la mano.

-¿ahora? ¿En eso?- apunto al robot asustada.

-tranquila, yo estaré ahí contigo. - dijo sonriendo dentro del casco y ofreciendo le la mano.

La joven con un tanto de desconfianza le tomo la mano, para luego darle una sonrisa.

El joven la ayudo a subir y fuertemente la sujeto.

-amigo, ve un poco lento.- dijo y el robot siguio sus ordenes.

La chica se aferro a el con todas sus fuerzas, mientras cerraba fuertemente los ojos. El joven la vio y sonrio burlón.

-abre los ojos, te traje para admirar la vista, no para que cierres los ojos.

La joven poco a poco abrio los ojos, pero poco a poco le fue faltando el aire.

-hey relajate.- dijo intentando calmar la, pero no funcionaba.- ¡hey! mirame- dijo y ella lo volteo a ver. -estoy aquí.

Apesar de tener el casco puesto, eran un poco visibles sus ojos. La joven al verlo se fue calmando poco a poco y luego empezo a admirar la vista.

El joven le dijo al robot que bajara un poco hacia el mar.

Ella lentamente estiro la mano y toco el agua, dejando un pequeño rastro en el.

El joven sonrió al ver la.

Ella quedaba fascinada por su cercanía al océano. Mientras el quedó fascinado con el reflejo un tanto distorsionado de la joven.

Ambos siguieron volando por unos segundos, pero un hombre de mascara Kabuqui los veía a la lejanía, para luego alejarse con los microbots.

Continuara

Estoy Aquí •~Hiro Hamada x tn~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora