16; Hambriento de Juventud

1.2K 156 97
                                    

Taehyung

    Nunca disfrutes tanto las cosas buenas, me habían dicho alguna vez, por si no te has dado cuenta ya, las cosas buenas no son más que un descanso de la verdadera vida de todos: la miseria.

No volví a pensar en eso hasta la mañana del treinta y uno de diciembre, cuando el primer pensamiento que tuve al despertar fue que ni la marihuana libera un poco al consumidor de aquella misera.

La luz del sol me golpeó. Había olvidado cerrar las cortinas cuando llegué y caí rendido en mi cama. 

Cuando me senté en la cama y una increíble desorientación me invadió, me di cuenta de que el descanso no fue más que la euforia y la presencia de Jungkook la noche anterior. Aún tenía los efectos de la droga, pero en la despersonalización y la pérdida de memoria inmediata no había nada por lo cual regocijarse.

Pasé treinta minutos debajo de la ducha. Desconocí el lugar en el que estaba aunque haya estado conmigo los primeros años de mi vida. La casa era antigua, y los azulejos negros brillosos del baño me causaron incomodidad a penas tomé conciencia de ellos. Me hicieron sentir en otra realidad; dejé que mi mente viajara y terminé imaginando que estaba en un cuarto vacío de azulejos negros, y no sabía de dónde provenía la luz. Yo no era yo; tal vez era un señor, o un niño. Igual no sabía cómo salir de ahí, y hasta que tomé conciencia, cuando me estaba cepillando el cabello, recordé que era sólo algo de mi imaginación.

Bajé a desayunar a las diez de la mañana. Mi mamá seguía en pijama, y teniendo en cuenta de que era alguien que se caracterizaba por estar lista a penas se levantaba en la mañana, verla desaliñada sólo se podía significar una cosa: era año nuevo.

Ella se quejó por mi comportamiento. Dijo que no podía creer que me hubiera ido a mitad de mi fiesta de cumpleaños y que mis decisiones traerían consecuencias de las que no estaba consiente. No indagué en eso porque no me interesaba; las amenazas de mi mamá siempre estaban vacías.

Y cuando fui a una vinatería con mi papá para comprar alcohol para la noche, su pregunta me descolocó más de lo que ya estaba por los efectos secundarios de la droga de anoche:

"¿Te la pasaste bien ayer?" preguntó. Estábamos esperando a que una gran fila avanzara, pues aunque todos saben lo malo que es dejar las compras para el final, igual nadie hace nada para cambiarlo.

"¿Te refieres a la fiesta?" pregunté.

Él negó. "A lo que sea que hiciste ayer después de irte"

Apreté los labios y desvié la vista. Me avergonzaba mirarlo a los ojos; sentía que podía escuchar lo que pensaba. Tampoco negué; si podía evitar mentirle respecto a lo que había pasado, lo haría. 

¿Me la había pasado bien? No lo sabía. Sentía que ya no sabía nada. Jungkook había estado ahí, y me hizo sentir que podía tocar más allá del cielo con una mirada, pero el pecho me golpeaba cada que lo recordaba. No podía decir que no me la había pasado bien, pero tampoco iba a negar que en parte me arrepentía. De eso, de lo de antes, y de lo que vendría después.

"¿Estás molesto porque me fui?" pregunté para evadir la respuesta.

Pero de mi papá  había nacido, y sabía que aunque se había perdido años elementales de mi vida, seguía siendo él, y me seguía conociendo como si fuera el tiempo de su vida transcurrida. 

clámame, vehemencia [KookTae]Where stories live. Discover now