Capítulo VIII: Pride and Joy

Comincia dall'inizio
                                    

-Si... -dije viendo mi celular para despistar-. Deben venir en cualquier momento.

Me desesperé, buscaba como loca entre mis contactos a los chicos pero no los encontraba en mis nervios. Me temblaban las manos y no podía pensar bien.

-¿No lo harán verdad? -infirió Seb, traté de evitar mirarlo a los ojos, si lo hacía estaría a su merced, pero ese rostro es muy difícil de ignorar, más a un cuando me ve con tanta dulzura.

-Nop, no lo harán -admití al fin-. La verdad olvidé decirles que tenían que venir.

Pensé que me iba a sacar de su casa o que como mucho me iba a acompañar a la mía, pero solo suspiró y sonrió como si se resignara a estar conmigo toda la tarde.

-Bueno, ya que -dijo pragmáticamente-. Más pizza para nosotros. Luego de comer podremos trabajar un poco.

Se lo tomó mejor de lo que pensé, me encaminó hacia el comedor, tomó la guitarra y la dejó en un sillón de la sala. Por último puso la caja de pizza caliente en el centro de la mesa, la verdad olía muy bien así que me abrió bastante el apetito.

-Espero haber acertado con la elección de la pizza, la verdad no sabía cuál prefieres así que improvisé un poco -explicó mientras abría la caja.

Frente a mí se mostraba una pizza de jamón y hongos que aunque era grande su masa era delgada y olía mucho mantequilla y ajó. Por supuesto se me hizo la boca agua. Se veía muy bien. Algo es seguro, solo con la decisión de comer pizza me había ganado.

-Pizza es vida, no importa que clase de pizza sea - afirmé mientras me servía un trozo en el plato que había puesto frente a una de las sillas de la mesa.

Él me movió la silla, cuando me senté me acercó a la mesa, por último se sentó y se sirvió él mismo.

Le di un mordisco y todo en ella era perfecto, la masa estaba crujiente por debajo y esponjosa por encima, mantequilla y el ajó le daba a la masa un sabor muy especial y lo crujiente de esta definitivamente tenía que ver con la mantequilla.

-¡Está exquisita! -exclamé-. ¿Cómo no sabía de la existencia de esta pizza en la ciudad?

-¿Verdad? -me responde alegremente-. Cada que vengo a quedarme pedimos esta pizza, no hay una mejor. Al menos no una que haya probado aún.

-Tengo que admitir que tienes muy buen gusto -dije-. Si así es para las chicas Lucy debe ser divina.

Se sonrojó más de lo que lo había visto hasta ahora.

-¡Oye! -Casi se atraganta con la pizza-. Lucy es una amiga de mi antigua escuela.

-¿Y cómo era la otra escuela? -pregunté curiosa antes de darle un sorbo a mi bebida.

-Bueno, era una escuela común y corriente -respondió-. No era ni de cerca tan grande como Santa Cecilia, pero era parte de la orquesta escolar y ayudaba con las producciones del club de teatro. Ahí fue donde conocí a Lucy en primer grado. Luego en tercero, conocí al loco de Daniel, él es un violinista loco. Y desde entonces no nos hemos separado. Vivíamos haciendo locuras en la escuela, son mis mejores amigos. Si te soy sincero, pienso que esos dos tienen algo más que una amistad y no me han dicho.

Still Loving You. Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora