Capítulo 09: Sin dudas, te amo

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Mi Monmon, ahora mi vida es rosa nuevamente, no necesito ser una mala madre sola, ahora puedo ser una buena a tu lado, porque amas a Mind, y eso es más importante que cualquier cosa. Buscaré que me ames como te amo, lo difícil es que sintieras a Mind en tu corazón, pero lo hiciste, lloraste por ella, la abrazaste y la arrullaste porque siempre ha sido nuestra. Mind es una personita que representa nuestro amor, la materialización de la lucha para estar juntas. Quiero estar contigo por el resto de mi vida, tener más personitas que representen nuestro amor. Ésta honorable dama caprichosa te seguirá queriendo, sin importar cuantas dificultades tengamos que afrontar, seré valiente por nuestra familia, no permitiré que mi temor me impida tenerte, seré fuerte por las tres. Mis deseos son grandes, mis manos en tu cuerpo, mis labios sobre los tuyos, nuestros vientres juntos. Me besaste, tan apasionadamente que mi pecho se hinchó, todo lleno de emoción. Tus ojos se nublaron, tus labios se inflaron, hermosos, brillantes y suaves. No quiero soltarte, te mantendré hasta que me desees tan desesperadamente como yo a ti. Mi mano bajó sin pensar hasta entre tus piernas, empujé y presionaste contra mi palma, jadeando por la tela de la falda y las bragas que separaban la piel. El día estaba lleno de emociones, lloramos hasta que las lágrimas se secaron, así que nuestro cuerpo sentía una recarga, tan poderosa que luchaba contra el cansancio.

—Khum Sam. —Gimió al presionar su intimidad contra mi mano. La deseaba desnuda, atravesar la tela que nos separaba, mientras me perdía en sus ojos y besaba el llanto que corría por sus mejillas ruborizadas. Luché contra la pasión desbordante, tan difícilmente dado a que soy un alfa con su pareja destinada, que me dolía en los huesos. “Esta es la casa de mis suegros.” Me recordé.

—Mon… Tenemos que parar.

—Pero… ¿Por qué me duele de repente? No lo entiendo.

—Porque… —Jadeé, la necesidad de Mon siendo demasiado poderosa. —Porque quieres ser mía.

—Quiero que pare el dolor.

—No puedo hacer mucho, pero…

—Khum Sam. —Gimió de nuevo, sus mejillas tan ruborizadas, una lágrima rodando en su piel pálida. Aquel sonido de su voz llamándome me enloquecía. La necesitaba, no sólo al nivel físico, también en mi vida entera.

—Te amo, mi Monmon de Chamcham. —Susurré en su oreja antes que bajar la tela de su vestido y dejar expuesto el hueco entre su hombro y cuello. Ahora ella sería mía de nuevo, ya no podría ver a otra persona que no sea yo. Finalmente recuperaría a quién es mi corazón.

—Tú… ¿Qué piensas hacer?… No te di permiso.

—No me importa, reconociste a mi hija como tuya, dijiste que serías mi novia. Ahora te haré mía de nuevo. Soy la única que te cuidará, que acabará con tu necesidad… y mi dinero será tu dinero. Serás amante de una mujer rica.

—No quiero tu dinero.

—Muy mal, porque no permitiré que mi novia sea pobre. No pasarás trabajo más, así que prepárate, porque apenas consiga una casa para las tres, vivirás con nosotras que somos tu familia.

—Cielos… ¿Puedo escoger yo la casa?

—Si eso es lo que quiere Monmon.

—Lo quiero, o vas a acabar comprando más de lo que podríamos necesitar.

—Entonces buscaremos la casa juntas.

—Me parece bien, mi Chamcham… Pero, aun así, no vas a morderme. 

   Me dolió la negativa de Mon, pero lo respeté, esperando que, eventualmente, pudiera hacerla mía como antes. En la mañana siguiente, estábamos desayunando, Mon sentada junto a Mind, ayudándola a comer, nuestra hija sonriendo nuevamente, abriendo la boca para recibir la comida que su otra madre le daba. Todo parecía idílico, por lo que el miedo se instaló en mi vientre, recordando el tiempo en el que estuve internada. La pulsera estaba en mi mano, la acaricié mientras veía el jardín desde la ventana. Las paredes eran pálidas, estériles, lejos de color. Tee, Jim, Kade y Yuki, así como los padres de Mon, se turnaban para visitarme. Soñaba con ella, nuestros días buenos, los malos, el enfrentamiento con la abuela, nuestro reencuentro, la boda, mis lágrimas caían livianas, lentamente, sin restricciones. La terapia era una tortura, todo el tiempo diciéndome que siga adelante, que tengo una hija. ¿Qué sabían todos? Perdí a mis padres, a Khum Song, a la abuela, y ahora perdía a Mon. Es… es como si la tragedia persiguiera a quienes amo. ¿No merezco amar a nadie? Yo soy la honorable dama Samanun Anuntrakul, tengo dinero, respeto y belleza, pero nada de eso es relevante, ninguna pieza de oro podía reemplazar a la familia que perdí, nada material podría sanar mi corazón. No hablé a ningún terapeuta, no había nada que decir, después de todo, me negaba a creer que Mon murió. En mi cama estéril, mi decisión fue irme, buscar a Mon hasta bajo las piedras. Ninguno a quién pagué para buscarla la había encontrado, me mantuve firme en mi esperanza por más de un año, viendo a mi hija abandonar las palabras, pues sus madres no estaban para ella. Mon que desapareció y yo que estaba muerta en vida. Ahora la escena frente a mí, me llenaba de una felicidad incalculable, especialmente, porque ella regresó, como si el destino creyera que había sufrido suficiente. Ella es la que llena de luz mis días oscuros.

Fanfic GAP THE SERIES: Mordida de posesión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora