Los Protagonistas han logrado su final feliz, Pero la sombra de los villanos de su historia no los ha dejado. Sus decisiones los han llevado a una situación de destrucción a su propio reino, Entonces su hijo quiere solucionar este problema. Viajando...
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Sus ojos estaban pesados y no tenía ganas de levantarse pero había un fuerte olor a quemado que le impedía respirar bien, la pequeña niña se sentó en la cama y diviso su habitación tratando de encontrar la razón de ese apestoso olor a quemado pero no encontró ninguna, de repente una persona salto desde su ventana hasta elevarse en el aire y tenía en sus manos dos dagas que apuntaban hacia ella, lisa abrió los ojos muy asustada, grito lo más fuerte que pudo y aparecieron varios guardias que lucharon contra ese asesino
—princesa debe marcharse, por favor cálmense —al voltear el guardia —¡cough! — fue asesinado, la niña miraba la batalla como eran cortados del cuello por ese asesino
Nadie quedó para protegerla, ya que el asesino había matado a todo los guardias, una neblina negra aparecio envolviendola, reconoció los ojos rojos que estaban detrás de ese asesino, eran los de su hermano Enoc, entonces para lisa todo se obscurecio y solo pudo escuchar la agonía de lo que parecía ser el asesino, después de un corto tiempo volvió a recobrar la visión y se encontraba en los brazos de Enoc que corría a gran velocidad, miró el castillo y estaba en llamas
—tranquila lisa, estarás a salvó —le hablo Enoc —esto es solo un contratiempo antes de tu cumpleaños, no te preocupes, todo estará bien pero por el momento cubrete el rostro
Enoc la cubrió con una manta de forma que ella no pudiera ver su alrededor, ella no vería esta vez lo que Enoc se había acostumbrado a ver, si una regresión bastaba como para volverlo loco, sino fuera por Carl estaba seguro de que no habría oportunidad.
Cómo iba a saber que esto ocurriría después de tan solo dos días de su llegada, todo había cambiado pero nada para bien, pudo ver a emilio que estaba con una capa blanca que le llegaba hasta sus talones.
—¿Lisa esta bien? —dijo emilio muy preocupado, cuando Enoc levanto la manta emilio abrazo a su hermana —estoy aliviado de que estés bien,lisa, perdón por dejarte a manos de esa bruja. —la miro con tristeza —¿Que está pasando?
—tienes que llevártela —dijo Enoc
—tenemos que llevarnosla, no te dejare aquí —respondió emilio
—yo aún tengo que ir por mamá y papá, ellos no pueden que darse mucho tiempo —apretó el puño —estaré bien, ve a poloma y asegúrate de cuidar muy bien de lisa, te alcanzare con nuestros padres
—no puedes, es demaciado peligroso, además hay muchos soldados y guardias, estoy seguro de que pronto acabará
—no lo sabemos, mientras no termine tienen que estar seguros, lisa es lo más importante y tú también, cuidala
—¡Su majestad! ¡Su majestad! —llamaba un hombre que venía en dirección a ellos —aquí están, está listo —varios hombres se detuvieron en fila —ellos son los que defenderán al príncipe y a la princesa
—muy bien cesar
—¿Quienes son ellos? —pregunto emilio confuso, el sabía que ya no había más hombres del reino y que todos estaban luchando contra Rosenod —¿De dónde sacaste a todos estos caballeros?
