IX

4.2K 376 105
                                    


"City of stars, Are you shining just for me?~"

—Te juro que casi lloro cuando me dijeron que había reprobado física. —Admití, tomando el popote de la malteada y llevándolo a mi boca.

—No te culpo, yo lloraba cuando no sacaba la nota máxima.

Osvaldo había pasado por mi hacia media hora, y me llevo a comer a una de sus cafeterías favoritas.

Ambos estábamos suficientemente bien con nuestros almuerzos, por lo que ambos pedimos una simple malteada.

Una simple malteada que sabía malditamente bien.

Mire al chico tomar de su malteada también, aguantando las ganas de reír en el momento en que su expresión cambio a una de sorpresa por el buen sabor de la bebida.

—Oye esto sabe muy bien.

—Si eh, sabe increíble. Pediré una docena entera para llevar a Colombia.

Él se rió de nuevo, tomando otra vez de la bebida. La crema batida de la malteada comenzó a descender de a poco entre mucha plática.
Ambas bebidas estaban por acabar, hasta que note que Osvaldo veía muy concentrado mi rostro.

—¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara? —Y entonces pareció reaccionar.

—Ah, si. Digo, no. Quiero decir, tienes, mmm... un poco de crema en la mejilla. —Señalo su mejilla con nerviosismo. Yo intenté quitarla con mi mano, sin embargo, parecía no atinarle al lugar en el que estaba.

Así que él acercó cauteloso su mano a mi rostro, mirándome con concentración y deteniendo su mano a unos centímetros de mi cara.

—¿Puedo? —Pregunto algo nervioso, a lo que yo respondí con una sonrisa confusa.

—Claro que si. —Mi sonrisa se ensanchó más, amenazando con dejar salir una pequeña risa por entre mis labios cuando sentí el roce de la mano de un contrario sobre mi mejilla.

Retiro suavemente y con delicadeza la crema sobre mi piel, mirándome con una sonrisa, denotando un poco sus dientes.

Limpio su dedo pulgar con una servilleta, volviendo a tomar de su malteada para acabarla.

—Gracias. —Agradecí imitando su acción anterior.

—No es nada, Lyss.

Finalmente las malteadas se acabaron, así que fuimos a pagar. Por más que insistí, Osvaldo no me permitió pagar mi parte, diciendo que "él me había invitado, así que le correspondía pagar".

Luego de que negara mi dinero cinco veces consecutivas me rendí y dejé que pagará. No sin antes prometerle que la próxima que nos viéramos, yo pagaría la cuenta.

Cosa que acepto, con tal de que nos volviéramos a ver.

—¿Vamos? —Pregunto una vez que terminó de pagar.

—¿A dónde? —Pregunte yo, viendo que ya pasaban de las cinco de la tarde.

Pensé que lo único que haríamos sería ir a la cafetería.

—No lo sé, a algún lado. Con tal sea contigo estaré increíble en cualquier parte del mundo.

Escuché sus palabras. No me lo creí. Las procese de nuevo, y luego otra vez. Hasta que finalmente comprendí lo que había dicho, y, pum.

Mis mejillas ahora eran coloradas.

Concéntrate, Alyssa, tienes novio y se supone que lo amas.

Sacudí la cabeza ligeramente y volví a enfocarme en Osvaldo, quien ahora extendía su brazo para tomarnos de gancho.

𝐂𝐀𝐋𝐄𝐈𝐃𝐎𝐒𝐂𝐎𝐏𝐈𝐎 | ElMariana | CANCELADAWhere stories live. Discover now