Se mi tierna mascota

capitulo 8 (el castigo de Adriana)

Capítulo 8

EL castigo de Adriana

En ese momento Marco sabía que era exactamente lo que tenía que hacer con un tono bastante confiando él dijo:

-Comencemos entonces, cerdita traviesa-

Marco ato de pies y manos a Adriana la cual se mostraba muy emocionada su corazón latía a mil por hora de emoción, era exactamente lo que ella quería, luego de amarrarla, fue rápidamente a la cocina de la habitación amarilla y lo más rápido que pudo le preparo un batido, para volver con Adriana, sosteniendo en una mano la jarra y en el otro un embudo

Adriana al ver esto dijo: - ¿ese será mi castigo? –

Marco se le aproximo agachándose a donde ella acariciando su vientre mientras le miraba directamente a sus ojos como si quisiera ver adentro de su alma, sin decir ni una sola palabra como si se tratara de una hipnosis, mientras Adriana se mantenía fija en aquella mirada casi ni se percató que Marco ya le había puesto el embudo en la boca, solo se dio cuenta cuando Marco comenzó a verter el batido por el embudo, que al comienzo le dio nauseas, pero después pudo continuar, y ya comenzó a tragarlo todo, poco a poco con cada trago sentía como se iba hinchando, además de sentir cansancio, al terminar de tomar todo Adriana se llena y se quedó con una sensación de pesadez e hinchazón además de tener mucho sueño, sentían que en cualquier momento se iba a dormir.

Marco se levantó dejo la jarra y el embudo a un lado, y con un trapo comenzó a limpiar lo que se hubiese derramado del batido, mientras lo hacía y veía Adriana estando medio dormida yacía recostada en el piso, la observo y se le paso una idea por la cabeza, no lo pensó mucho y lo hizo, se quitó los zapatos y con su pie le piso el vientre a Adriana al mismo tiempo que dijo:

- Despierta cerdita que aún no hemos terminado -

Inmediatamente cuando Marco le puso su pie sobre su vientre Adriana soltó un gemido agudo que le despertó por completo.

Al despertarse lo primero que vio fue a Marco presionando su vientre en un Angulo que lo hacía lucir imponente, su respiración se acerero inmediatamente, Marco por su parte la observa a ella ahí en el suelo, le llenaba de gran satisfacción el estar asi y tenerla literalmente bajo sus pies, se sentía con todo el poder, le dijo en un tono juguetón a Adriana mientras con su pie movía el vientre de Adriana de un lado para el otro:

- Lo ves cerdita, tus actos tienen consecuencias -

Presionando ligeramente con más fuerza, en consecuencia, Adriana volvió a soltar un gemido, se su cara se le puso roja de vergüenza. Adriana sentía que no podía ni hablar solo que quedaba estática atenta a lo que Marco hacia o decía, comenzó a hacer tambalear la gran barriga de Adriana de un lado para el otro y Marco continuaba diciendo: -apuesto a que no podrías levantarte ni auque quisieras-

Adriana entonces trato de responderle trabándose en sus palabras, pero le llego a decir: -si –

Marco se puso sobre ella con sus manos las paso por todo el cuerpo de Adriana dándole algunas palmadas sobre su barriga de Adriana incluso le uso de almohada, luego poco a poco comenzó a frotarse con ella, más tarde además de frotarse comenzó a lamerla, los gemidos eran ya más constantes, Adriana temblaba debido a la excitación y sin percatarse llegaron a un punto en donde ambos se sentían completamente embriagados de placer.

Todo esto desemboco en que inevitablemente en que tuvieron relaciones sexuales Adriana al estar sometida lo disfruto, de manera especial pues era exactamente lo que ella deseaba, después del acto ambos quedaron dormidos.

Al despertar a día siguiente se pusieron a conversar de lo sucedido

Adriana:

-Sabía que eras todo un tigre tan, tan increíble, eso fue increíble estaba tan llena que no puedo hacer nada, adoro, amo estar asi me gusta cuando tú tienes el control-

Marco

- Me alegro de que te guste, pero igual debes tener cierta autonomía, no todo en la vida será hacer esto -

Adriana

- ¿Soy tu mascota no? Ya no me falta ya nada en esta vida, ahora tengo cuanta comida quiera. -

Marco

- Eres una persona después de todo, no voy a negar que lo que hicimos ayer lo disfrute como no lo imaginas, pero tampoco me gusta que te vayas tanto a los extremos -

Adriana

-No te andes contradiciendo, entiendo tu punto, pero es que me gusta mucho ser tu mascota, siempre me ha gustado que me traten asi, de cierto modo es mi lugar y siempre lo ha sido. -

Marco

- ¿y quieres que siempre y para siempre sea asi? -

Adriana Evitando la pregunta le dio un beso seguido de una risa

- Lo que quiero ahora es que tomes el control otra vez. -

Ambos entonces volvieron repetir el acto.